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América latina celebra el Día del Fotógrafo y la Fotógrafa el 21 de septiembre

Argentina y y otros países de Latinoamérica celebran el Día del Fotógrafo el 21 de septiembre en conmemoración a la llegada del daguerrotipo a América Latina. La técnica del daguerrotipo fue creada por Louis Daguerre en Francia, en el año 1839 y un año después llegó a América Latina. Eran las primeras fotografías y estaban hechas sobre un metal: el cobre. Eran objetos únicos y no se podía hacer copias de ellos. Debido a su fragilidad, la imagen se borraba si se tocaba con los dedos. Por ello, los fotógrafos entregaban los daguerrotipos herméticamente cerrados en estuches o marcos sumamente elaborados, protegidos por vidrios.

Un invento de 1839

La novedad del invento fue anunciada el 19 de agosto de de 1839 ante la Academia de Ciencias de París. Por eso el Día Internacional de la fotografía se celebra el 19 de agosto, pero en América Latina se celebra el 21 de septiembre por ser cuando el daguerrotipo cruzó el Atlántico. 

En octubre de 1839, apenas tres meses después de hacerse público el invento, partió de Europa la corbeta francesa L’Orientale fletada por un grupo de padres franceses y belgas para que sus hijos dieran una vuelta al mundo en plan de estudio. En el barco viajaba el abate Louis Compte, quien llevaba una máquina de daguerrotipo con el propósito de perpetuar las vistas más notables de los lugares que visitarían.

En diciembre de 1839 llegaron a Bahía (Brasil) y en enero de 1840 a Río de Janeiro, realizando varios daguerrotipos en ambas ciudades.

La noticia de los mismos fue publicada en la edición del 8 de febrero de 1840 en el periódico El Nacional de la ciudad de Montevideo, lugar donde llegó L’Orientale a fines de dicho mes. Allí el 29 de febrero en el salón de sesiones del Cabildo hubo una demostración a la que además de los presidentes de las Cámaras de Senadores y de Diputados y de otras personalidades uruguayas estuvieron presentes exiliados argentinos entre los que se encontraban Mariquita Sánchez de Thompson, Florencio Varela y el general Tomás de Iriarte. Tanto en cartas escritas por los dos primeros como en las memorias del último se relatan las impresiones que les dejara la experiencia.

Mariquita Sánchez en carta su hijo le cuenta sobre «la maravilla, la ejecución del daguerrotipo, una cosa admirable» y luego de describir el procedimiento dice que como resultado «ves la plancha con la imagen como dibujada con toda perfección y exactitud». Por su parte Varela la califica como «asombrosa invención … que copia la naturaleza con una perfección inconcebible.» Además, Varela publicó un artículo al respecto en la edición del 4 de marzo de 1840 del periódico El Correo de Montevideo en tanto en El Talismán se publicó, litografiado, el primer daguerrotipo en el Río de la Plata. Cuando Florencio Varela viajó a Europa en los años 1843 a 1845 conoció a Daguerre y adquirió una de sus máquinas con las cuales realizó en Montevideo daguerrotipos de sus parientes y amigos.

Por problemas en su salud al seguir viaje L’Oriental el abate Compte se quedó en Montevideo hasta 1847. En 1846 había hecho un daguerrotipo de Bartolomé Mitre que hoy día se encuentra en el Museo que lleva su nombre. La nave, que no había podido ingresar a Buenos Aires en razón de estar bloqueada por la flota francesa, prosiguió viaje hacia el sur y luego de atravesar el estrecho de Magallanes arribó a Chile pero cuando estaba camino a Lima el 13 de junio de 1840 se hundió pero se salvaron las personas que iban a bordo, una de las cuales tenía otra máquina de daguerrotipo que quedó en Chile

Unos años después, en 1843 se en Buenos Aires ya se introdujo definitivamente la cultura del daguerrotipo a través de John Elliot y John Bennet que fueron pioneros en montar la primera galería de daguerrotipos.

Retratos de la élite latinoamericana

Los daguerrotipos eran objetos sumamente valiosos.Tener un retrato en daguerrotipo no era algo corriente. Sólo algunos miembros de la élite podían acceder a ellos y en general lo hacían una sola vez en la vida. Por eso, cuando lo hacían, elegían cuidadosamente sus ropas, peinados y los objetos que querían mostrar.

Tiempo y paciencia

El procedimiento para tomarse el retrato tampoco era sencillo. El tiempo de exposición -es decir el tiempo durante el cual la cámara deja pasar la luz para que el soporte fotosensible sea impresionado y pueda luego formar la imagen- era muy largo. Por eso, era necesario que el sujeto que se iba a retratar se quedara sumamente quieto para aparecer nítido.

Para ello, los fotógrafos tenían en sus estudios una variedad de dispositivos como sillas con sujeta-cabezas incorporados o sujeta-cabezas de pie para las tomas de cuerpo entero.

También tenían pequeñas mesas que servían como instrumentos de apoyo para contribuir a la quietud de los retratados.

Fotógrafos itinerantes

Los primeros daguerrotipistas trabajaban de forma itinerante. Se establecían unos meses en una ciudad y luego se mudaban a otra o volvían a sus países de origen a perfeccionar sus técnicas o instruirse sobre nuevos adelantos y adquirir materiales. Estos traslados y las direcciones de sus estudios, los comunicaban a través de la prensa periódica. Gracias a eso, en la mayoría de los casos, sabemos quiénes fueron los fotógrafos que trabajaron acá. Sin embargo, como los daguerrotipos en general no se firmaban, no se suele saber quién tomó cada uno de ellos.

Fotografía de museo

Hoy día, para ver un daguerrotipo hay que visitar un museo, donde, además de daguerrotipos, se pueden ver ambrotipos, ferrotipos, cianotipos, albúminas y negativos y positivos de plata-gelatina que muestran el contenido visual de las imágenes en colecciones fotográficas de valor incalculable.

 

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