El fotógrafo René Robert muere congelado tras desmayarse y sufrir la indiferencia de los viandantes durante nueve horas

El fotógrafo René Robert muere congelado tras desmayarse y sufrir la indiferencia de los viandantes durante nueve horas

«Murió solo en la calle sin que nadie acudiera a su rescate. Este trágico y repugnante final de la vida nos enseña sobre nosotros mismos y nuestro tiempo…», se lamenta su amigo el periodista Michel Mompontet.

Adiós al fotógrafo del flamenco

El fotógrafo franco suizo René Robert falleció la noche del miércoles 19 de enero de 2022 tirado en la calle en pleno centro París a los 84 años de edad.

«Lo asesinó la indiferencia de la gente», que no se paró ni llamó a una ambulancia durante las nueve horas que permaneció tirado en el suelo en una céntrica avenida de la capital francesa. Fue un indigente quien dio la voz de alerta, pero ya era tarde». Estaba muerto por hipotermia.

Su amigo el periodista Michel Mompontet ha logrado que la televisión francesa le dedique un programa especial.

«Comment a-t-on pu en arriver là ?» Le photographe René Robert est mort dans la rue, à Paris

«Era un amigo dulce, un artista sensible y un humanista. En la noche del 19 al 20 de enero de 2022, en el centro de París, en una calle que pasaba, cayó el gran fotógrafo René Robert, probablemente víctima de una molestia. Incapaz de levantarse, permaneció tirado en el suelo durante el frío 9 horas antes de que un sintecho se diera cuenta y finalmente llamó a la ambulancia. Demasiado tarde. En hipotermia no podía ser devuelto a la vida. Durante las 9 horas ningún transeúnte se detuvo para ver por qué este señor estaba tirado la acera. Nadie. Si esta horrible muerte pudiera ser de alguna utilidad sería esto. Cuando un humano está tirado en la acera, tan apurado como nosotros, comprueba su condición. Paremos un momento. Solo lleva unos minutos, unos pocos segundos a veces, pero puede salvar una vida. Y tú, ¿estás 100% seguro que en las mismas circunstancias te habrías detenido por este cuerpo que cayó en la acera en la noche? Descansa en paz querido amigo. Estamos llorando por ti», escribe Michel Mompontet.

«Nos deja una obra visual potente y sensible que recorre más de 50 años con el arte flamenco como brújula artística y centro de gravedad estética», recuerda Michel Mompontet.

Publicó tres libros: Flamenco (1993), La Râge et la Grace (2001) y Flamenco attitudes en 2003.

En 2021 decidió dejar su inmenso legado a la Biblioteca Nacional Francesa en París, un fondo fotográfico de miles de fotos, auténtico tesoro para los amantes del flamenco: retratos de Camarón de la Isla, Paco de Lucia, Agujetas, El Chocolate, Chano Lobato, Fernanda de Utrera, El Torta, La Susi La Yerbabuena, María del Mar Moreno y tantos más.

Modesto y discreto, no era conocido por el gran público pese a su gran obra.

“Espero el momento”, decía Robert, cuando se le preguntaba por los secretos de sus increíbles fotos.

Hombre de pocas palabras, no le gustaba explicar. Solo estaba en el buen momento, en el buen sitio, nada más. Y luego viene la magia, o no.  El arte de la fotografía, también tiene su duende.

Sus profundos claroscuros cuentan y enseñan como pocas imágenes, recogiendo la potencia dramática del arte flamenco. Si se pudiera comparar su trabajo al de un pintor, sería sin duda a Caravaggio, el retratista italiano que pintó hasta el extremo las penas y las tragedias humanas.

El primer artista que fotografió fue Manolo Marín en el año 1967 después de invitarle a su casa. Esas fotos ya pertenecen a la historia. Es con este legendario bailaor que se enamoró del flamenco, una pasión que no lo abandonó ni flaqueó hasta el último día de su vida.  Su primera universidad flamenca fue un tablao, EL Catalán, bar tablao y restaurante refugio de la diáspora española en Paris. Durante décadas, allí se podía escuchar hasta las últimas horas de la noche, lo mejor y lo peor del flamenco. Picasso fue cliente. René Robert, en un rincón, discreto y callado, los ojos bien abiertos.

A pesar de tantas horas con artistas flamencos, hablaba bastante mal el español. Pero los artistas españoles le entendían, le querían y le trataban como uno más de la cuadra.

Tenía a Paco de Lucia en lo más alto de su altar personal. Una auténtica devoción. Imposible de imaginar un concierto del genial guitarrista sin la presencia, de René Robert, su sombrero ensombreciendo su mirada, su dulce sonrisa de satisfacción, su cigarrillo español en los labios como una firma discreta irónica y personal.

El flamenco es una familia con muchas ramas. Todos conocemos la del cante, baile y guitarra. Pero Rene Robert nos ayudó a no olvidar, gracias a sus espléndidas imágenes de arte, que los fotógrafos, como los poetas, pueden ser también parte de esa familia sensible.

D.E.P Maestro