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André Kertész

por Gustavo Bravo

Vida – Obra – Biografía

GRANDES FOTÓGRAFOS Y FOTÓGRAFAS

André Kertész

André Kertész (1894-1985) fue un fotógrafo emocional que sentía la calle y empatizaba con los sujetos que fotografiaba. Se desarrolló entre la corriente surrealista y la instantánea, gracias a su ingenio y el dominio de la experimentación técnica con cámaras pequeñas tipo Leica.

Fue un modelador del estilo de la fotografía moderna. Tierno, nostálgico, púdico, Kertész ha puesto de relieve nuevos caminos para la fotografía, en el lindero poético del realismo, sin insistencia ni énfasis.

«Nunca hago un documento, sino que doy una interpretación».

Fue un pionero en la composición fotográfica y del fotoperiodismo y el principal precursor de la idea de ‘deambular con una pequeña cámara por la gran ciudad’, como un ‘flaneur’.

Obtuvo reconocimiento crítico por sus distorsiones de imagen y el pionero de la fotografía poética del instante.

Última actualización: noviembre 2021

Las claves de la obra de Kertész

La obra de Kertész está ligada a una manera de entener la fotografía, con cámaras pequeñas que permiten captar ‘el instante’ y fotógrafos y fotógrafas que deambulan por la ciudad en busca de momentos casuales ‘mágicos’.

El primer ‘flaneur’ de la historia de la fotografía

Kertész es una de las figuras más importantes e influyentes. Su forma de entender la fotografía supone el origen de toda la fotografía de calle (periodística o artística) que vendrá después.

Paseos sin rumbo

Kertész fue el primero en concebir la fotografía como una búsqueda activa sin un rumbo fijo, en la que el fotógrafo, cámara en mano, pasea y pasea en aras de conseguir momentos o instantes casuales.

Instante o momento artístico consciente

Fue el primero en utilizar una cámara pequeña de 35mm y fotografiar momentos casuales y cotidianos con una intención consciente de elevarlos a la condición de Arte. El sentido de la poética cotidiana lo inventa Kertész.

Nexo de unión entre corrientes

Kertesz, que viajó desde el París de los años 30 a los EEUU, es el puente que conecta las ‘vanguardias europeas’ con la ‘fotografía directa americana’. De ahí que la fotografía de Kertész sea humanista pero tenga además un formalismo propio de las vanguardias.

Origen del fotoperiodismo

Aunque su trabajo más conocido sean sus fotografías personales o artísticas, lo cierto es que Kertész fue fotoperiodista en la revista VU y uno de los primeros en construir lo que luego sería el lenguaje de la profesión fotoperiodística.

«Todo es un tema. Cada tema tiene un ritmo. Sentirlo es la razón de ser. La fotografía es un momento fijo de tal razón de ser, que vive en sí misma»

– André Kertész

PRIMEROS AÑOS

Biografía de André Kertész 

André Kertész nació el 2 de julio de 1894 en Budapest, Austria-Hungría, en una familia judía de clase media.

Su familia quería que hiciera una carrera en los negocios, pero él se mudó y se enamoró de la cultura bohemia.

Allí empezó a experimentar con la cámara fotográfica, como otros artistas de las vanguardias europeas hacían con la pintura y el cine. Quería probar nuevas formas de contemplar el mundo y lo hacía pro ejemplo utilizando espejos cóncavos y convexos para fotografiar cuerpos desnudos distorsionados.

Dos años después de comprar su primera cámara en 1912, en 1914, combatió en el ejército austrohúngaro durante la primera guerra mundial, donde una grave herida a punto estuvo de paralizarle el brazo derecho.

Fue estando junto con otros convalecientes en el bordillo de una piscina remojando las piernas, cuando quedó atrapado por el efecto de la luz en el agua y comenzó a hacer fotos sin parar.

De aquel experimento nacerá Nadador bajo el agua (1917), una de sus imágenes más conocidas.

Durante esta época acogió y formó en fotografía a su compatriota Robert Capa.


Al estallar la II Guerra Mundial huyó a Nueva York.

«La técnica no es importante. La técnica está en la sangre. Los eventos y el estado de ánimo son más importantes que la buena luz y lo que importa es el acontecimiento»

– André Kertész

BIOGRAFÍA DE ANDRÉ KERTÉSZ

Surrealismo

Fue uno de los fotógrafos que abrazó el surrealismo. Experimentó con la cámara fotográfica, como tantos artistas de las vanguardias europeas, intentando probar nuevas formas de contemplar el mundo. Así, son famosas sus distorsiones de cuerpos desnudos, creadas con espejos cóncavos y convexos.

El surrealismo, heredero del dadaísmo, continuó su línea de subversión, aunque encauzada en unos parámetros estéticos más artísticos, pero también tremendamente provocadores. Agitadores de mentes, intentaron sacudir la moral conservadora tras el desastre de la Gran Guerra, dejando su huella en el mundo del arte para siempre.

A pesar de tratarse de un movimiento fundamentalmente literario en sus inicios, teniendo al escritor André Breton como alma iniciática, el surrealismo pronto caló en otras áreas artísticas, como la pintura y el cine. E, inevitablemente, la fotografía también se vio impregnada por esos nuevos aires, incluso comenzando por reconocer un trabajo previo al mismo movimiento, como el de Eugène Atget, una obra donde muchos adalides de él, reconocieron los principios básicos del surrealismo.

Y, en verdad, la fotografía, con la capacidad que tiene de alterar y subvertir los significados de todo lo que aparece dentro de ella, con su forma de descontextualizar elementos, personas y formas, es perfecta para trastocar la realidad, para crear un nuevo mundo más allá de lo material, sin ataduras, sin limitaciones, tal y como pretendía el surrealismo.

«El momento siempre dicta en mi trabajo. Lo que siento, lo hago. Esto es lo más importante para mí. Todos pueden mirar, pero no necesariamente ven. Nunca calculo ni considero; Veo una situación y sé que está bien, incluso si tengo que regresar para obtener la iluminación adecuada»

– André Kertész

«Ver no es suficiente; tienes que sentir lo que fotografias»

– André Kertész

BIOGRAFÍA DE ANDRÉ KERTÉSZ

Nueva York, desde la ventana

Las fotos que André Kertész hizo en Nueva York 1936-1970 muestran el sentimiento de un hombre que echa de menos a sus camaradas y al París en el que vivió tras la guerra y que se siente aislado por su pobre inglés. Un emigrante que no encuentra su sitio.

Hizo muchas fotos de lectores abstraídos en sus balcones En una de ellas se ve a una niña leer un libro suspendida en su terraza junto a la colada secándose.

En esa época hacía las fotos desde la ventana: retrataba los grandes puentes, callejones, rascacielos y, con teleobjetivos desde la ventana de su apartamento en Washington Square, jugaba con las perspectivas de las azoteas.

«Cuando se mudó a 2 Fifth Avenue, el edificio estaba vacío y en construcción y recorrió todos los apartamentos en busca de un punto de vista específico desde el que pudiera fotografiar. Eligió el piso 12 y dijo que era porque estaba lo suficientemente lejos como para aplanar el campo y crear fotografías arquetípicas, pero lo suficientemente cerca como para poder involucrarse en la intimidad desde abajo».

Su deseo de una habitación con vistas les llevó a él y a su mujer Elizabeth, en 1952, al departamento de Greenwich Village, cuyas vistas ofrecían una panoplia de luces, líneas, sombras y texturas.

Desde su apartamento ubicado 12 pisos sobre el Parque Washington Square, fotografiaba el paisaje urbano de árboles, tejados y senderos cubiertos de nieve: sus fotos muestran lejanía e intimidad, afecto y anhelo.

BIOGRAFÍA DE ANDRÉ KERTÉSZ

Regreso a París 

En 1963, regresó a París y tomó más de 2.000 fotografías en blanco y negro y casi 500 diapositivas que capturan la esencia de la ciudad de Montmartre, a las orillas del Sena, a sus jardines y parques.

Kertesz editó estas fotografías en forma de libro, pero dejó el trabajo de lado y fue redescubierto en sus archivos, veinticinco años después de su muerte en el libro Paris Autum 1963.


Su mujer falleció en 1977 y el cayó en una profunda depresión: empezó a fotografiar con una Polaroid los objetos cotidianos que le unían a Elisabeth.

Él falleció ocho años después, en 1985, a los 91 años.

André Kertész con Robert Doisneau en París en 1975

«Lo más valioso de una vida son los recuerdos de un hombre. Y no tienen precio»

– André Kertész

BIOGRAFÍA DE ANDRÉ KERTÉSZ

Leer / On reading

En 1971 publicó una obra de arte fotográfica con fotos tomadas de personas leyendo desde 1920 hasta entones: On reading.

Los lectores de todos los lugares concebibles -en los tejados, en los parques públicos, en las calles abarrotadas, esperando en las alas del juego escolar- están atrapados en un momento profundamente personal, pero universal. Las imágenes de Kertész celebran el poder de absorción y el placer de esta actividad solitaria y hablan a los lectores de todas partes. Los amantes de la fotografía y la literatura por igual recibirán con agrado esta reedición de este clásico trabajo que ha estado fuera de circulación durante mucho tiempo.
Cuarenta años después, el libro se publicó en castellano.

‘Leer’ es uno de los libros de fotografía más importantes del siglo xx. Podéis consultarlo en la biblioteca de Fotogasteiz. Más de cuarenta años después de su primera y celebrada edición en inglés, este clásico de la fotografía –aún hoy moderno, tierno y revelador– se publica por primera vez en castellano con un prólogo escrito para la ocasión por Alberto Manguel y una nota de Robert Gurbo, experto en la obra de Kertész.

En las fotografías, tomadas entre 1915 y 1970, Kertész capturó a lectores de toda condición en momentos intensamente personales –y sin embargo universales– en cualquier lugar imaginable: azoteas, parques públicos, calles abarrotadas… Tal vez en memoria de su difunto padre, que era librero, o porque entendía profundamente la naturaleza transformadora de la palabra impresa, Kertész empezó a fotografiar a personas absortas en la lectura tan pronto como comenzó a tomar fotos; un tema que siguió intrigándolo mucho más tarde, ya en París o en Nueva York, incluso en sus viajes por todo el mundo.

Una de las primeras fotografías de esta colección tres niños pequeños encorvados sobre el libro que uno de ellos sujeta con las rodillas la hizo en Hungría con poco más de veinte años y fue el inicio de una serie fascinante que todavía hoy imitan muchos otros fotógrafos. Tan juguetonas como poéticas, las imágenes de este apasionante libro celebran el poder absorbente y el placer de esta actividad solitaria, y hablarán tanto a los fans de la fotografía como a los de la literatura.

«Hago lo que siento, eso es todo, soy un fotógrafo corriente que trabaja para su propio placer. Eso es todo lo que he hecho»

– André Kertész