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Edward Weston

por Gustavo Bravo

VIDA – OBRA – BIOGRAFÍA

GRANDES FOTÓGRAFOS Y FOTÓGRAFAS

Edward Weston

Edward Weston (1886-1958) fue uno de los fotógrafos más representativos de la conocida como ‘Fotografía Directa’ americana que, en oposición al pictorialismo, exploraban la capacidad de la Fotografía de extraer los detalles de los objetos representados, sin interacción, objetivizando la realidad al máximo.

Weston es uno de los máximos exponentes de una corriente intelectual cuyo tema principal es ‘la belleza’ en elementos mundanos y el propio lenguaje fotográfico.

Funda con Ansel Adams y con Paul Strand el grupo f/64, y juntos exploran la representación fotográfica de la realidad bajo la tesis de que cuánto mayor es el detalle conseguido en la fotogrfía, mayor es el grado de belleza desvelado. 

Última actualización: enero 2022

«La naturaleza no debe plasmarse desde un punto de vista teñido de problemas psicológicos o sentimentales»

– Edward Weston

Las claves de la obra de Edward Weston

Edward Weston apuntala la corriente iniciada por Paul Strand con la que reivindican un lenguaje propio de la fotografía fuera del cobijo de la pintura que sublime la realidad mediante el acto fotográfico sin intervención alguna pero con el mayor nivel de detalle posible.

En busca del lenguaje fotográfico

Precisionismo. No preciosismo

Las fotografías de Weston se muestran sencillas. Sin embargo, precisaban de una gran destreza técnica en el manejo de grandes equipos fotográficos capaces de extraer el mayor nivel de detalle de los sujetos, objetos y lugares.

Sin imposición moral ni derivas emocionales

A diferencia de la fotografía periodística y humanitaria, la fotografía directa americana predicaba una fotografía sin discurso moral ni reparador, donde la realidad se explica por sí misma y el lector de la fotografía es quien extrae sus propias conclusiones.

Apunta belleza en territorio inexplorado

En contraposición al pictorialismo romántico, que representaba temas y lugares sublimados, Weston apunta su cámara hacia elementos y realidades mundanas, subrayando asimismo belleza en territorios que aún no habían sido explorados en la fotografía.

«Deseo presentar la belleza pura que un objetivo puede reproducir con toda exactitud, sin interferencia del ‘efecto artístico’»

– Edward Weston

PRIMEROS AÑOS

Biografía de Edward Weston 

Edward Weston nació el 24 de marzo de 1886 en Highland Park, Illinois, en las costas del lago Michigan, muy cerca de Chicago.

Sus padre era médico: Edward Burbank Weston. Su madre se llamaba Alice Jeannette Brett Weston. Nueve años antes de su nacimiento, nació su hermana mayor Mary a quien él llamaba cariñosamente May. Siendo bebé, los cuatro se mudaron a Chicago Illinois.

Cuando tenía cuatro años, su madre murió. Su padre volvió a casarse y al pequeño Edward no le gustaban ni esa mujer ni su hijo adolescente. Por ello se unió mucho a su hermana May, que hizo las veces de madre. Los dos niños se aislaron de aquella nueva unidad familiar.

Edward Weston era mal estudiante. Dejó la escuela sin acabarla y empezó a trabajar de chico de los recados en los famosos grandes almacenes de Chicago Mrshall Field and Company, donde llegaría a ser vendedor.

A los 16 años, en 1902, comenzó su interés por la fotografía de manera autodidacta. Su padre le regaló una Kodak Bulls-Eye, una cámara de aficionado. Aquel regalo fue un acicate para que un Edward Weston adolescente lograra ahorrar los once dólares que costaba la cámara de 13x18cm de segunda mano con pantalla de cristal esmerillado y trípode que se compró. Quería una cámara que exigía destreza y esfuerzo.

A los 20 años, en 1906, visitó a su hermana May, que ya era una mujer casada, en Tropico California, en la otra punta del país, a 3,300 kilómetros de Chicago. En aquella estancia en California decidió que quería ser fotógrafo profesional. Regresó a Chicago Illinois y se propuso conocer el oficio en el estudio de un retratista local.

«En la fotografía, la primera emoción fresca, el sentimiento de la cosa, se capta completamente, y para siempre, en el momento exacto en que se ve y se siente. Sentir y captar son acciones simultáneas»

– Edward Weston

BIOGRAFÍA DE EDWARD WESTON

Padre de familia numerosa

En aquella época era un joven con una cámara y unos fuertes impulsos narcisistas que comenzó a escribir sus diarios («registros») -cuadernos de los estudios fotográficos con anotaciones de cada sesión- que incluían también meditaciones.

A los 23 años, en 1909, se casó con una amiga de su hermana llamada Flora Chandler, a quien en sus diarios describía como «una de las grandes villanas de la pantomima en la historia de la fotografía: un impedimento histérico, burgués y de mente estrecha para la legítima liberación de su marido». Con ella tuvo cuatro hijos -(Edward) Chandler, (Theodore) Brett, (Laurence) Neil y Cole- y con ellos pudo desarrollar su práctica artística en el estudio que construyó en unos terrenos que pertenecían a la familia de su mujer.

En aquella época usaba dos cámaras: una de campo de 8×10 pulgadas para su trabajo artístico y una Graflex de 5×7 pulgadas para el trabajo comercial.

«El arte ha de poseeer algo vivo que lo relacione con las necesidades presentes o con las esperanzas futuras, que abra nuevas vías a aquellos que están dispuestos a viajar, que están maduros, pero que necesitan un ligero golpe que les despierte»

– Edward Weston

BIOGRAFÍA DE EDWARD WESTON

Del pictorialismo a la fotografía moderna: Margrethe Mather

A los 27 años, en 1913, Edward Weston conoció a una fotógrafa anarquista y bohemia que ocasionalmente ejercía la prostitución: Margrethe Mather. La influencia de Margrethe en Edward le llevó a pasar del pictorialismo a la fotografía moderna: su gran logro, pero este salto del pictorialismo a una concepción más moderna de la fotografía fue un proceso gradual, al que contribuyó la lectura de artículos de Alfred Stieglitz y Paul Strand.

A los 28 años, en 1914, junto a Margrethe Mather, Edward Weston se unió a la recién fundada Camera Pictorialists de Los Angeles. Dicen que entonces ella ya era su amante y modelo.

A los 32 años, en 1918, ambos trabajaban mano a mano en su estudio. A partir de entonces, en las fotos que Edward hacía a Margrethe se ve que éste se balanceó entre lo moderno durante varios meses.

A los 35 años, en 1921, comenzó una relación amorosa con otra mujer: la famosa fotógrafa italiana, activista y luchadora social en México Tina Modotti, que entonces era una actriz de 24 años.

En 1922 viajó a Nueva York para enseñarle su porfolio a Alfred Stieglitz, si bien al final determinó que éste no le había hipnotizado y que su propio trabajo igualaba al del maestro.

Allí en Nueva York trabajó con fotógrafos y artistas como el mencionado Stieglitz, Charles Sheeler o Gertrude Käsebier.

Edward Weston y Margrethe Mather. Foto: Imogen Cunningham (1920)

«Yo no coloco al artista en un pedestal, como si fuera un pequeño Dios. Es tan sólo el intérprete de lo inefable»

– Edward Weston

Tina, recitando. Foto: Edward Weston (1924)

BIOGRAFÍA DE EDWARD WESTON

México: el despegue de las inquietudes más autorales

Volvió a Chicago a visitar a su familia y realizó unas composiciones con sombras en ángulos dramáticos que combinaban el dinamismo del diseño moderno con el contenido simbólico de sus retratos.

Ese año 1922, su amante Tina Modotti viajó a Ciudad de México a ver a su amigo el artista y poeta Roubaix de l’Abrie Richey pero al poco de llegar éste murió, así que Tina Modotti llevó a cabo la exposición fotográfica que su amigo ya tenía planificada en el Palacio de Bellas Artes. Modotti incluyó fotografías de Edward Weston y la primera amante de éste, Margrethe Mather. La exposición fue todo un éxito y Weston vendió más obra personal que comercial. Aquello le animó a mudarse a México, dejando su estudio de Tropico California a Margrethe Mather. Tina Modotti aceptó dirigir el estudio de Ciudad de México «si le enseñaba el oficio».

A los 37 años, en 1923, Edward Weston quemó sus primeros diarios. El 29 de julio de ese año, tras una semana en la que reavivó su relación amorosa con Mather -sin dejar a Tina Modotti ni a su mujer-, zarpó a México junto a su hijo Chandler, que entonces tenía 13 años. En octubre de ese año expuso en la galería Tierra Azteca en Ciudad de México. Fue todo un éxito y ya le desquiciaba tener que hacer encargos comerciales en su estudio de la calle Lucerna 12. Sólo quería hacer obra personal.
Entre retrato y retrato, Edward Weston y Modotti experimentaban con el género del bodegón. Él, con juguetes y calabazas y ella con lirios de agua.

A los 38 años, el 12 de abril de 1924, Edward Weston expuso una serie de fotografías con tema industrial en el Café de Nadie, durante la Velada Estridentista, donde se dieron cita los artistas experimentales de diversas nacionalidades que en ese momento trabajaban o estaban de visita en la ciudad de México.

Los registros de sus estancias en México fueron mecanografiados y corregidos por su secretaria (y también amante) Christel Gang y nuevamente corregidos por su amigo (y también supuesto amante) Clarence B ‘Ramiel’ McGehee. Se publicaron en los años 60.

«Mi obra siempre va unos pasos por delante de lo que digo sobre ella. Sólo soy un medio para llegar al fin: en ese momento, no puedo decir por qué fotografío una cosa de un determinado modo y ni siquiera por qué la fotografío»

– Edward Weston

«Yo no intento expresarme a mí mismo, para imponer mi propia voluntad a la naturaleza; lo que busco, sin prejuicio ni falsificación, es identificarme con la naturaleza, ver o conocer las cosas tal como son, su verdadera esencia; de modo que lo que plasmo no es una interpretación -mi idea de lo que debería ser la naturaleza- sino una revelación: una abertura a una cortina de humo»

– Edward Weston

BIOGRAFÍA DE EDWARD WESTON

Comienza su etapa más fértil

A los 39 años, en 1925, volvió a Tropico California con su hijo, dejando a Tina Modotti a cargo del estudio, pero regresó a México con su hijo otro Brett, que en ese momento tenía 13 años, como cuando se llevó por primera vez al primogénito.

Ese año, a Margrethe Mather le desahuciaron del estudio de Tropico California pero él ni se inmutó. Estaba más preocupado por la exposición que se disponía a organizar junto a su amigo Johan Hagemeyer en San Francisco, adonde se trasladó. En agosto, con su hijo Brett, regresó a México y fue entonces cuando creó algunas de sus obras más conocidas, como su estudio sobre un retrete de porcelana ‘Excusado’ o su colección de desnudos de la antropóloga Anita Brenner.


A los 40 años, en la primavera de 1926, la antropóloga Anita Brenner -a quien había fotografiado desnuda y se había convertido en su amante también- le contrató para que hiciera las fotos del libro que publicaría tres años más tarde: ‘Ídolos tras los altares’ (1929). Ese año, su hijo Brett ya trabajaba como fotógrafo propio y se fue a recorrer México con Tina Modotti.

Lidiando con tres relaciones amorosas, de regreso a Tropico California, vio comprometida su creatividad. Salió de aquel bache creativo al conocer a la bailarina Bertha Wardell, que se convirtió en su modelo y también amante.

En esa época entabló amistad con la artista Henrietta Shore, que se cree que pudo inspirarle en el uso de caracolas en bodegones -aunque también pudo ser Margrethe Mather quien le dio la idea-.

En 1928, a los 42 años de edad, tuvo un acercamiento con la fotógrafa alemana Sonya Noskowiak que se disponía a trabajar en el estudio de su amigo Johan Hagemeyers.

Ese año, fragmentos de sus diarios («registros») se publicaron en la revista de bellas artes y artes aplicadas Creativeb Art.

En 1929, a los 43 años de edad, en la etapa final de su conversión a la fotografía moderna, decidió imprimir sobre papel satinado. En enero de ese año se trasladó con su hijo Brett a Carmel California y comenzó a aplicar la técnica del primer plano, que había utilizado para sus bodegones en exteriores. Ese año, la fotógrafa Sonya Noskowiak con la que había conectado meses antes comenzó a trabajar para él, se fue a vivir con él y su hijo y se convirtió en su no esposa de 1929 a 1934.

«Disfruto más con las cosas ya compuestas que descubro en la naturaleza que con mis más bellas composiciones. Después de todo, seleccionar es otra forma de componer»

– Edward Weston

BIOGRAFÍA DE EDWARD WESTON

Grupo f/64 

A los 46 años, en 1932, cofundó el Grupo f/64 de fotografía directa en California junto a Willard van Dyke, Ansel Adams e Imogen Cunningham y junto a ellos expuso en el San Francisco’s Young Museum. El nombre del grupo se debe al valor más pequeño del diafragma de las cámaras de aquella época con el que lograban imágenes con gran profundidad de campo. Las obras que creaban eran de una claridad imponente que acentuaban la maravilla y el misterio del mundo natural. El grupo tuvo una corta vida pero fue un trampolín para sus miembros.

En 1934, con 48 años, rompió su relación con su no esposa Sonya Noskowiak y comenzó una relación con la joven escritora Charis Wilson. Entonces se mudó de Carmel California a San Mónica con su hijo Brett. Al tiempo, Charis se mudó con ellos. Y allí, en el norte de Santa Mónica, en las dunas de Oceano hizo sus famosas fotos de desnudo de Charis.
En 1937, a los 51 años, Weston se convirtió en el primer fotógrafo en recibir una beca Guggenheim.

En 1938, a los 52 años, el hijo de Weston, Neil, les construyó una casa a Weston y a Charis en Carmen Highland y la pareja se fue a vivir allí. En 1939, con 53 años, Weston se casó con Charis.

En 1941, con 55 años, le encargaron realizar las fotografías de una edición de ‘Hojas de hierba’ de Walt Whitman, publicada por primera vez en 1855, y para ello tuvo que recorrer 24 estados.

En 1945, con 59 años, Weston y Charis se separaron, mientras él trabajaba en una retrospectiva de su trabajo para el MoMA.

En 1947, con 61 años y enfermo de Parkinson, sus actividades fotográficas se vieron limitadas.

Murió en su casa de Wildcat Hill el 1 de enero de 1958 a los 72 años de edad.

Los pensamientos y los conceptos de Edward se desarrollaban sobre bases místicas sencillas. Su obra personal – directa y honrada – surgía de una profunda intuición y de una fe en fuerzas subyacentes a lo real y lo fatídico. Para él, esas fuerzas eran absolutamente reales, elementos del universo del hombre y de la naturaleza, aunque la mayoría de nosotros sólo experimente directamente una pequeña parte de ellas. Como sucede a cualquier gran artista o científico imaginativo, el planteamiento es evidente, pero la «realización» precisa tiempo, esfuerzos y juicios lúcidos.

A diferencia de tantos fotógrafos de hoy, Edward Weston nunca habló sobre su propia obra. Para él, como para la mayoría de nosotros, su obra es sencillamente la afirmación del hombre y de su arte. Respecto a su trabajo artístico, Edward estaba completamente seguro de sí mismo; no necesitaba ninguna «explicación», justificación ni interpretación. Las estupideces que se decían y escribían sobre él le daban risa, aunque toleraba que algunas personas sintieran la necesidad de llegar a la verdad a través de complejas disgresiones y escurridizos análisis intelectuales. Frecuentemente, comentaba: «Bueno, si es lo que significa para él, a mí no me importa».

Como Edward, también yo prefiero abstenerme de dar definiciones de su obra creativa. ¿Quién puede hablar o escribir sobre las ‘Partitas’ de Bach? Se pueden tocar o escuchar; sólo existen en el mundo de la música. Del mismo modo, las fotografías de Edward sólo existen como originales o (en ocasiones) en forma de buenas reproducciones. Observad esas fotos, miradlas atentamente y observaos a vosotros mismos, no crítica ni despectivamente, ni con un sentimiento de inferioridad. Quizá la obra de Edward os enseñe a descubrir lo bueno que en realidad sois… o que podéis llegar a ser. Eso es lo que deseaba Edward.

Ansel Adams