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Gervasio Sánchez

por Gustavo Bravo

Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía 2009, es el fotoperiodista de guerra español más conocido internacionalmente. Consciente de que «por desgracia las guerras no acaban cuando dice Wikipedia sino cuando las consecuencias se superan, casi siempre décadas después, en algunas ocasiones nunca», desarrolla sus proyectos durante años retratando sus secuelas.

«Llevo más de tres décadas viendo la muerte de cerca. He sido testigo de ejecuciones a muy pocos metros. He visto cómo se mira cuando se mata y, también, cómo se mira cuando se muere».

Biografía

Gervasio Sánchez nació en Cordoba en agosto de 1959.

Con dos años de edad se trasladó a la ciudad condal, donde se licenció como periodista (Ciencias de la Información) en la Universidad Autónoma de Barcelona.

En los años 80 se mudó Zaragoza, donde comenzó a colaborar con el periódico local ‘El Heraldo de Aragón’ como fotoperiodista independiente. Para este diario cubrió la guerra del Golfo, la de Yugoslavia y cubrió los conflictos armados de África, Asia y América Latina.

En los años 90 trabajo con fotoperiodista freelance para la cadena SER, la BBC y La Vanguardia.

Y publicó sus primeros libros de fotografía.

El primero fue ‘El Cerco de Sarajevo‘, con fotos realizadas desde el comienzo de la guerra de Sarajevo, en junio de 1992, hasta el ultimátum de la ONU en marzo de 1994.

En 1997 publicó ‘Vidas Minadas‘ (Blume, 1997), un homenaje a todas las víctimas de las minas y a las personas que han luchado en los últimos años en la campaña internacional para su total prohibición, que tendrá dos ampliaciones cinco y diez años después respectivamente, recogiendo fotos del futuro que tuvieron los protagonistas de este primer libro de mutilados de guerra.

y ‘Kosovo’ (Blume, 1999), una crónica fotográfica que refleja la ansiedad y la turbación de los deportados a causa de la guerra de Kosovo. Una memoria de la tragedia ocurrida en los Balcanes reflejada por la cámara de Gervasio Sánchez: imágenes de dolor, de la vida cotidiana, de la ruptura, del abandono, del drama, del regreso.

En 1999 publica ‘Niños de la Guerra‘, con fotografías descriptivas y realistas en las que muestra a los niños como víctimas de más de 10 años de guerras y más de 15 conflictos armados en todos los continentes.

Al comenzar el nuevo milenio trabajó para revista Tiempo y publicó los libros ‘Niños de la guerra’ (Blume, 2000),

En 2001 publicó ‘La Caravana de la Muerte. Las víctimas de Pinochet‘ (Blume), con fotografías de familiares de las víctimas de la ‘caravana de la muerte’ ejecutados en Cauquenes, La Serena, Copiapó, Antofagasta y Calama recuerdan sus 27 años de sufrimiento.

Y coordinó junto a Manuel Leguineche el libro ‘Los ojos de la Guerra‘ (Homenaje de Miguel Gil), editado en noviembre de 2001 por Plaza y Janés.

En 2002 publicó ‘Vidas minadas. Cinco años después‘, coincidiendo con el quinto aniversario de la firma del tratado de Ottawa contra las minas antipersona que se cumplió el 3 de diciembre de 2002. Fotografió la evolución de la vida de cuatro jóvenes protagonistas del libro ‘Vidas minadas’, cinco años después de haber sufrido el impacto de las minas.

En octubre de 2004 publicó junto al escultor y artista plástico Ricardo Calero ‘Latidos del Tiempo’.

En noviembre de 2004 publicó el libro literario ‘Salvar a los niños soldados: La historia del misionero Chema Caballero en Sierra Leona (Crónica y Periodismo)‘ en la editorial Debate, la historia del misionero Chema Caballero en Sierra Leona, director de un programa de rehabilitación de excombatientes infantiles.

En noviembre de 2005 publicó el libro fotográfico ‘Sierra Leona. Guerra y Paz‘ (Blume), junto con el misionero javeriano Chema Caballero, con testimonios gráficos y orales de las víctimas de aquella guerra, sus esfuerzos por rehabilitarse y las esperanzas suscitadas por el proceso de paz. Un reportaje fotográfico de la guerra en uno de los países más pobres del mundo y del proyecto de rehabilitación de niños y niñas soldado más coherente a nivel mundial.

En 2007 publica ‘Vidas Minadas, 10 años después‘, donde recoge la historia de lo que sucede después del insoportable legado de una barbarie: 12 víctimas de las minas antipersona y su realidad diez años después de sus mutilaciones, vistas a través de las imágenes, de una gran sensibilidad moral, de uno de los pocos corresponsales de guerra internacionales que documenta el sufrimiento humano provocado por las guerras. A través de los ojos del autor vemos a niños que se han convertido en adultos; otros se han casado, han tenido hijos, han aprendido un oficio. Algunas páginas del libro transmiten felicidad… otras tristeza; algunos de sus protagonistas siguen luchando con sus problemas físicos; otros incluso parecen sufrir cicatrices más profundas que probablemente nunca se borrarán. Incluye libro pequeño de fotos sobre las víctimas, las minas y las prótesis.

En 2009 publica ‘Sarajevo 1992 – 2008‘, Un testimonio de la evolución y transformación de Sarajevo desde su asedio hasta hoy. Un episodio que no debe ser olvidado. Una ciudad que se levanta sobre sus heridas, que se sobrepone y sigue adelante. Conmovedoras fotografías de Gervasio Sánchez que son el puente entre la ciudad de la guerra y la ciudad de la paz. En el conflicto de Bosnia-Herzegovina dos millones y medio de habitantes (60% de la población total) tuvieron que abandonar sus casa víctimas de la limpieza étnica. La mitad sigue viviendo fuera de las fronteras de Bosnia-Herzegovina o mantiene el estatus de desplazado interno. 250.000 bosnios fueron asesinados, de los que 16.000 eran menores de edad. Sólo en Sarajevo murieron 1.601 niños. Hay más de 25.000 menores huérfanos de padre o madre en todo el país. Esta guerra ha marcado la vida profesional y personal de Gervasio Sánchez, ‘es raro el día que mi memoria no se detenga en aquel conflicto. [?] Allí aprendí que la guerra no se puede contar. El horror es inimaginable para quien no lo ha vivido’. Los más optimistas afirman que la ciudad no ha perdido su espíritu cosmopolita mientras los pesimistas creen que se ha disuelto en el desamparo de la posguerra. Pero casi todos claman contra los europeos : ‘Nos traicionaron durante la guerra y nos han abandonado después de los acuerdos de paz.’

En 2010 la editorial La Fábrica le editó un PhotoBolsillo.

En 2011 publica ‘Desaparecidos 2‘, Un recorrido por el proceso de desaparición forzosa que han sufrido miles de personas desde su detención hasta la devolución de sus restos a los familiares. Imágenes que pertenecen a las últimas décadas del siglo XX y a los años que ya hemos vivido del siglo XXI. Argentina, Chile, Guatemala, Colombia, Perú, El Salvador, Bosnia-Herzegovina, Camboya, Iraq y España son los diez países en los que se ha sumergido el autor para reivindicar la memoria de una geografía martirizada que sigue clamando justicia. Un testimonio inquietante, perturbador, hiriente incluso, que nos revela el cruel vacío de la ausencia y que nos acerca a la insoportable persistencia de la incertidumbre. Se trata de un documento incisivo en que el fotógrafo manifiesta su profunda empatía con las víctimas a la vez que denuncia con contundencia el silencio cómplice de los encubridores. La figura del desaparecido ocupa un lugar destacado en la antología de la barbarie. Su identificación es una aspiración capital en los procesos de memoria histórica y de reconciliación nacional, sin los cuales la democracia no puede encontrar su legitimidad. Por eso el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), el CCCB y la Casa Encendida han decidido presentar de modo simultáneo los trabajos de Gervasio Sánchez sobre los desaparecidos. Un solo guión y tres exposiciones distintas.

En 2012 publica ‘Antología‘. Una larga travesía por 25 años de obstinado trabajo en numerosos escenarios bélicos y posbélicos de América Latina, Europa, Asia y África; lugares que desvelan la crudeza de nuestro tiempo y en los que languidecen, injustamente olvidadas, las víctimas de la barbarie. Un contundente legado histórico para que en el futuro no se pueda dudar del pasado. Forjada con infatigable coraje, el fotógrafo se sumerge en realidades desoladoras que muchos preferirían ignorar. Una innegable aportación a la fotografía de reportaje y una constatación de cómo a través de ella puede dignificarse a las víctimas retratadas con una mirada que enaltece los mejores valores del fotoperiodismo. Corpus fotográfico resultado de una infatigable dedicación al seguimiento de la actualidad internacional y a la elaboración de proyectos documentales más reflexivos y minuciosos, desarrollados a largo plazo.

En 2013 ilustró la novela ‘Los bosnios. Largo recorrido‘, la autobiografía un joven escritor bosnio convertido en soldado en medio del Apocalipsis. Los hombres y mujeres de cada bando, las palabras comunes (y las diferentes), las ciudades arrasadas… Y, escasos como diamantes, algunos pequeños gestos de bondad y ternura en medio de la barbarie. Son éstos, junto al bienvenido humor, los únicos momentos de «descanso» que tendrá el lector de esta obra maestra del dolor, de la vergüenza y de lo incomprensible, intensa y hermosamente desoladora como pocas.

Y en 2014 publicó ‘Mujeres. Afganistán‘, en el que trabajó durante seis años y donde da a conocer la violencia estructural, endémica y sistemática que sufren las mujeres afganas en todos los ámbitos de sus vidas, dado el contexto de guerra, la impunidad general, la falta de educación, la instrumentalización de la religión y las leyes machistas del país.

El proyecto permite profundizar en los problemas que genera esta violencia, más allá de juicios de valor simplistas basados en clichés, como el uso del burca o el velo islámico. Algunos de los temas tratados son el matrimonio forzado, la huida, los suicidios, la ley, las víctimas de guerra o las mujeres con una vida pública.

En 2016 publicó el libro ‘Vida‘. Los cronistas de guerra suelen ser reporteros de muerte. Sánchez es un reportero de vida, del triunfo de la vida sobre la violencia destructora. Esta visión enfoca todo su trabajo, y es el gran eje temático de esta muestra y esta publicación. Las imágenes de Gervasio se concentran en enseñar cómo la vida se sobrepone, cómo se manifiesta en medio de las ruinas de la guerra y la muerte, superándolas. Documentan la vida que se niega a ser aniquilada. Más allá de las minas, los desaparecidos, los bombardeos y Sierra Leona, esta es la historia mayor, el gran suceso de permanente y ahistórica actualidad que nos reporta Gervasio Sánchez.

Ha recibido el premio Cirilo Rodríguez, el más prestigioso del Estado español para periodistas que ejercen su labor en el extranjero como enviados especiales o corresponsales permanentes, Club Internacional de Prensa, y Derechos Humanos de Periodismo.

Ha recibido el Premio LiberPress 2005, en reconocimiento a su labor en favor de la libertad de prensa y la denuncia de las injusticias, al haber sido enviado especial por la Paz de la UNESCO desde 1998

En enero de 2006 ha sido galardonado con el Premio Javier Bueno otorgado por la Asociación de la Prensa de Madrid.

Las instituciones aragonesas le han concedido la Medalla de Oro de Santa Isabel de Portugal y la Medalla al Mérito Profesional, además de nombrarle hijo adoptivo de Zaragoza.

En abril de 2008 le fue concedido el Premio Ortega y Gasset del diario EL PAÍS (2008), por la serie Vidas minadas.

En 2009 fue Premio Córdoba de Periodismo y Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de Fotografía.

El 2017 recibió el Premio José María Portell a la Libertad de Expresión.

Actualmente trabaja en el periódico El Heraldo de Aragón, donde cuenta con un blog denominado ‘Los desastres de la guerra‘, continúa exponiendo su trabajo, imparte conferencias y talleres y guía viajes fotográficos a los escenarios de las guerras balcánicas que desangraron la antigua Yugoslavia hace un cuarto de siglo.

  • Entrada actualizada en febrero de 2019