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Louis-Jaques-Mandé Daguerre

por Gustavo Bravo

Vida-obra-Biografía

LOS PROTOFOTÓGRAFOS

Louis-Jaques-Mandé Daguerre

Daguerre fue el inventor del Daguerrotipo y el Diorama, así como pintor y diseñador de escenarios y murales.

Su método, el daguerrotipo, fue oficialmente el primero de la historia  en conseguir captar y fijar la imagen fotográfica sobre una plancha metálica.

Gracias a su labor comercial, consiguió difundir la técnica fotográfica por todo el mundo e inició la carrera de investigaciones sobre esta tecnología a nivel global.

Su principal objetivo desde el comienzo de sus investigaciones fue el de poder hacer retratos sin necesidad de dibujar ni pintar.

Las claves del legado de Daguerre

Considerado por muchos como el inventor de la fotografía lo cierto es que no fue tal.

Daguerre fue el inventor del primer proceso fotográfico anunciado públicamente y el primero en ser comercializado, que no es poco, pero siempre gracias a las investigaciones de científicos anteriores a él, especialmente las de su socio Nicéphore Niépce.

Su método fotográfico, aunque fue el primero en comercializarse, no puede considerarse el precursor del método que ha llegado a nuestros días, relativo a la copia en papel a partir de negativos.

Una gran labor empírica, mejor labor comercial

Daguerre no fue un químico experto y todo lo que consiguió lo hizo gracias a los hallazgos de Niépce y a base de muchos años de trabajo de prueba y error:

Anunció el primero la existencia de la imagen fotográfica al mundo

Hoy día se sabe que fueron muchos los que estudiaban la capacidad de ciertos materiales para registrar la naturaleza a través de la cámara obscura.

No fue el primero en inventarlo, pero sí el primero en anunciarlo públicamente (1838) con el apoyo del Gobierno francés, que lo compró y ‘regalo’ al mundo.

Redujo el tiempo de exposición hasta conseguir el primer retrato

Gracias a sus investigaciones fue el primero capaz de captar un ser humano en una imagen fotográfica.

La fotografía Boulevard du Temple (1839) contiene la figura de un hombre al que le están limpiando las botas.

Comercializó la primera cámara fotográfica

Con la ayuda de un familiar ebanista, comercializó  en 1839 un kit compuesto por cámara, trípode y químicos que permitía conseguir daguerrotipos a todo el que pudiera costearse el equipo.

PRIMEROS AÑOS

Biografía de Daguerre

J. Louis-Mandé Daguerre nace en Cormeilles-en-Parisis, cerca de París, en 1787.
Entra a los 16 años en el Taller de Pegotis, que realizaba decorados para la Ópera de París.

Se forma con Pierre Prévost, especialista en pinturas panorámicas.

Daguerre elabora decorados de teatro que fueron muy apreciados por sus efectos visuales, que destacaban por sus juegos de iluminaciones y de transparencias que simulaban atardeceres o claros de luna espectaculares.

En 1812 se casa con Louise Georgine Arrowsmith, una joven de origen inglés.

Daguerre se asocia con Charles-Marie Bouton y juntos abren un diorama en 1822 cerca de los Bulevares, en la actual plaza de la República. El diorama es una variantes del ‘panorama’ británico, un amplio decorado con elementos recortados y juegos de luz que recreaban la idea de perspectiva y tridimensionalidad dirigido a entretener a las masas populares. Juntos, llegaron a desarrollar un gran virtuosismo. En París, Daguerre era bien conocido en los círculos del teatro, las letras y el espectáculo: un elegante ‘danddy’ parisino.

Fue a partir de este trabajo que comienza su pasión por la cámara obscura y sus espectáculos con ilusiones ópticas le llevaron a ser cliente habitual de la Óptica Chevalier, regentada por Vicent y Charles Chevalier, un negocio con gran reputación por sus lentes para microscopios y telescopios. Gracias al asesoramiento directo de los Chevalier, recibe noticias de los hallazgos fotográficos de un tal Nicéphore Niépce con el que trata de asociarse de inmediato.

Espectadores ante el diorama de Daguerre representando San Pablo extramuros, 1852. Ilustración de Edmond Texier

Edificio de l Diorama de Daguerre. 
© The Patrick Montgomery Collection

Nicéphore Niépce (1765 -1833)

Contrato de acuerdo entre Nicéphore Niépce y Louis Daguerre, diciembre de 1827.
© The Patrick Montgomery Collection

BIOGRAFÍA DE DAGUERRE

La alianza imprescincible con Nicéphore Niépce

Le escribió una carta en enero de 1826 interesándose por sus investigaciones pero tras una respuesta evasiva por parte de Niépce, Daguerre no volvió a contactar hasta un año después, pidiéndole el envío de una de sus heliografías. Tras varias cartas más, Niépce le envía finalmente una por carta.

Ese mismo año, en 1827, un poco después, Niépce pasa por París para viajar a Inglaterra y visitar a su hermano Claude, gravemente enfermo, pero la obtención del pasaporte le obliga a alarfar su estancia en París. Durante el tiempo que pasé en la capital, aprovechó para conocer el trabajo escenográfica de Daguerre, de la que queda maravillado.
Ambos intercambian impresiones sobre el trabajo del otro y mientras Daguerre considera que Niépce va mucho más avanzado en sus investigaciones, éste último cree que sus procedimientos son totalmente diferentes y que buscan objetivos dispares.

En 1928, tras la muerte del hermano de Niépce, Daguerre propone oficialmente su ayuda en la investigación de su invención. Finalmente, tras varias correspondencias, ambos firman un contrato de asociación en diciembre de 1829, centrando sus esfuerzos en conseguir una imagen directa obtenida por la cámara. Abandonando por tanto la aplicación de la heliografía para la reproducción de grabados (principal investigación de Niépce). Para la empresa conjunta, Niépce entregó todos sus secretos sobre su proceso de heliografía mientras Daguerre aportaba todas sus informaciones sobre iluminación y óptica en aras de mejorar la heliografía.

Daguerre vuelve a París sin poder presenciar una demostración practica de los trabajos de Niépce por la falta de luz de diciembre, pero ambos mantuvieron una correspondencia periódica sobre sus investigaciones.
De hecho, ambos socios establecieron un código cifrado para no desvelar los componentes químicos en sus cartas. Lo que demuestra que eran muy conscientes de lo trascendente de sus hallazgos. Justo en este momento, el primogénito de Niépce, Isidore, se une a las investigaciones con su padre

Daguerre visita a Niépce tres veces: en junio de 1830 así como en junio y noviembre de 1832.

En las últimas cartas, Daguerre muestra su interés en dos direcciones: la nitidez de la imagen y en reducir toda la posible el tiempo de exposición para poder hacer retratos.

BIOGRAFÍA DE DAGUERRE

El desarrollo del ‘Daguerrotipo’

Tras la muerte de Niépce, en 1933, Daguerre mantiene la relación con Isidore pero la colaboración entre ambos va ser muy desigual e infructuosa: el hijo no cuenta con los conocimientos ni la preparación del padre y Daguerre se distancia con la excusa de que la escenografía la mantiene muy ocupado mientras continúa con sus investigaciones en solitario.

De todas la opciones químicas que manejaba, Daguerre centra todos sus esfuerzos en las placas de plata, abandonando las de cristal (que era la principal apuesta de Niépce para obtener negativos y positivos) y, a partir de 1835, Daguerre empezó a notar progresos.

Algunos historiadores aseguran que dedicó mucho tiempo a conseguir imágenes en color, sin éxito. Realiza bodegones con estatuillas blancas colocadas a corta distancia y logra reducir el tiempo de exposición hasta sólo tres minutos, gracias también al asesoramiento óptico de Chevalier.
Consciente de la envergadura de sus investigaciones, a menudo cambia de droguería para comprar químicos o compra productos que no va a utilizar para despistar a los que se interesaban por sus investigaciones. Al no tener la formación científica de Niépce, Daguerre dedicó mucho tiempo en sus investigaciones, basadas fundamentalmente en ensayos y errores.

En 1837 Daguerre consigue por fin fijar la imagen reduciendo el tiempo y se la comunica a Isidore, que queda muy impresionado con los resultados. Así, en junio de este año, firman una modificación del contrato indicando que se trata de «un procedimiento inventado por Nicéphore Niépce y perfeccionado por J. Louis-Mandé Daguerre».

Composición. Daguerre. 1837.
Uno de los más antiguos daguerrotipos que se conservan. Sociedad Francesa de la Fotografía. París

El Louvre. Daguerre. 1839
Conservatorio Nacional de las Artes. París

Bouleverd du Temple

En primavera de 1938 Daguerre consigue la que será considerada durante mucho tiempo como la primera fotografía de la historia en la que se puede ver una figura humana: ‘Boulevard du temple’. Sigue siendo hoy día la primera en conseguirlo en exteriores, teniendo en cuenta la fotografía de retrato aparecida recientemente, también de Daguerre, fechada en 1837 bajo el título ‘M. Huet’.

En aquel momento los tiempos de exposición no permitían congelar el movimiento de los vehículos y viandantes. Por lo que hubo sospechas sobre que la figura que aparece en la imagen, el hombre que se limpia el calzado, estaba en realidad posando para Daguerre.
El boulevard du Temple era un lugar de encuentro de los bajos fondos parisinos en 1838, cuando se hizo esta fotografía. Tras la reforma de París esta calle ya no existe, pero por aquel entonces, a lo largo de sus aceras se alineaban muchos teatros en los que se representaban obras de terror, lo que dio origen al nombre por el que también era conocido: Boulevard du Crime.

Los primeros informes sobre el descubrimiento aparecieron a comienzos de 1839, y las fotografías del bulevar del Templo eran siempre las que más admiración despertaban entre los académicos y periodistas de la época. La revista científica alemana Das Pfennig-Magazin relataba que en una de las imágenes se podía ver a un hombre “al que le estaban puliendo las botas”. Resaltaba también que “debió de haber estado muy quieto, porque su silueta se dibuja con gran nitidez, a diferencia de lo que sucede con el limpiabotas, que aparece borroso y poco claro a causa del movimiento”.

Vista del bulevar del Temple, París. Daguerre. 1839
Bayerische National Museum, Munich. Alemania.

BIOGRAFÍA DE DAGUERRE

El lanzamiento oficial

Desde 1838 Daguerre empieza a promocionar su procedimiento bajo el nombre de ‘Daguerrotipo’ prensentádaselo entre otros al Secretario de la Academia de Ciencias, François Arago, científico y político.

Arago supo calibrar las posibilidades de daguerrotipo y su papel fue fundamental, como abanderado del invento. Desde 1839, Arago organiza una campaña mediática que alcanza todas las capas sociales.

El 7 de enero de 1839 emite un comunicado ante la Academia francesa de Ciencias citando a Niépce de pasada (lo que le sirve para remontarse a la génesis del invento, adelantándose en el tiempo a otros posibles competidores) y otorgando todo el peso del invento a Daguerre, para el que solicita una compensación económica como inventor.
El anuncio provocó un gran revuelo internacional protagonizado principalmente por la comunidad científica británica y entre todas las respuestas destacó especialmente la de Fox Talbot, reclamando la primicia del invento.

Arago defendió a Daguerre de todas las acusaciones británicas para prestigio de Francia y en junio presenta un proyecto de ley para conceder a Daguerre una pensión anual vitalicia de 6.000 francos y otra de 4.000 para Isidore Niépce.

Así, el 2 de agosto de 1839 la cámara de Pares votó la ley y el gobierno francés adquiere los derechos del invento.

El secretario de la Academia de Ciencias, François Arago

François Arago comunica oficialmente la invención de Daguerre en la Academia de Ciencias (19 de agosto de 1839).
Ilustración de ‘Las maravillas de la Ciencia’ de Louis Figuier

“Me he apoderado de la luz.

He detenido su vuelo”

J. Louis-Mandé Daguerre

Peter Coeln, el CEO de WestLicht Photographica Auction en Viena con el ejemplar subastado en 2010

BIOGRAFÍA DE DAGUERRE

La comercialización del invento de Daguerre

Daguerre se asocia entonces con su cuñado, el papelero y ebanista Alphonse Giroux y los hermanos Susse, del mismo gremio, para comercializar un equipo completo que constaba de una cámara ‘ Daguerréotype’ numerada y firmada por el inventor, todos los accesorios para preparar las placas, los frascos para el revelado y el trípode que sustentaba la cámara. Un conjunto que pesaba en torno a 50 kilos y costaba 400 francos de oro (el equivalente al sueldo de un año).

Se incluía además un manual de instrucciones con láminas explicativas de todo el proceso de toma y revelado. Su primera edición de 30 ejemplares en varios idiomas se agotó antes de terminar el año.

Fue la primera cámara de venta comercial y estaba compuesta por dos cajas de pino que encajan entre sí (una deslizada dentro de la otra, que era la forma de enfocar la imagen) a las que se acoplaba un objetivo de 380mm de distancia focal y f15 de apertura del diafragma con una pequeña tapa corrediza que servía para comenzar y parar la exposición manualmente. Con esta cámara, se podía realizar una toma de 21,6 x 16,5 cm, un formato y proporción que se utilizaría durante más de 100 años. (El 29 de mayo 2010 se vendió un ejemplar impoluto de estas cámaras por 732.000 euros).

Daguerre organizó demostraciones en público a partir del mes de septiembre, los jueves de once a tres, en la propia casa del inventor. A una de esas sesiones acude el enviado especial del New York Star, que hizo la siguiente crónica datada el 17 de septiembre de 1839 y publicada el 14 de octubre del mismo año:

“Daguerre cogió una placa de cobre plateado y frotó levemente la superficie de la misma con muñequillas de algodón mojadas en una mezcla de piedra pómez y de aceite de oliva. Recubría así toda la superficie y noté que frotaba primero en círculos y luego regularmente de arriba abajo en movimientos paralelos. Luego lavó la placa con un líquido compuesto de una parte de ácido nítrico por 16 de agua destilada. Después calentó levemente la placa dirigida por el lado del cobre hacia la llama de una lamparilla. Le dio por segunda vez un baño de agua acidulada. Así preparada, la placa podía exponerse a los vapores de yodo.

Entonces se hizo la oscuriciad en la habitación. Se colocó la placa en una tablilla. El conjunto fue introducido en una caja provista de una tapa […] el yodo estaba colocado al fondo y pasaba a través de una gasa tensada sobre un marquito y colocada a media altura de la caja. Los vapores de yodo elevándose se repartían así de modo regular por toda la superficie plateada. Y se iba formando una capa de yoduro de plata de color amarillo cobrizo. Se trajo entonces una cámara oscura previamente enfocada sobre el paisaje exterior merced a un cristal esmerilado. La placa preparada fue colocada en la cámara oscura. Por la ventana, se veían las Tullerias, el quai y el Sena; allí fue donde se colocó la cámara oscura el tiempo necesario para que los rayos del sol pudiesen actuar sobre la placa. Ello requería entre 5 y 40 minutos según la estación o el tiempo que hacía. El operador, o más bien el “director” de la operación no podía ver lo que ocurría sobre la placa. Tan solo su experiencia podía informarle en cuanto a la acción de la luz y los progresos de la operación.

Aquel día, el tiempo estaba desapacible y la placa tuvo que permanecer un cuarto de hora en la máquina. Al sacarla, la consternación fue general: aparentemente no había sufrido ninguna modificación y verdaderamente se dudaba del éxito. Sin embargo, resultaba muy dificil afirmar que nada se había dibujado en la placa, pues ninguna luz debía afectarla mientras no se terminase la operación. El señor Daguerre enseñó la placa durante 30 segundos, la cara plateada orientada hacia el suelo; tres espectadores abrían mucho los ojos y sentenciaban: «No ha salido nada». Entonces la introdujo en una caja, colocándola con un ángulo de 45 grados. Al fondo de esta caja, había una vasija de barro que contenía dos libras de mercurio que calentaba una lámpara hasta 62 grados. Con el mercurio calentado, las partículas se evaporaban y llegaban a fijarse en la superficie del metal preparado lo que hacía aparecer la imagen. En la parte anterior de la caja, una ventanita acristalada permitía vigilar la operación. Cuando estuvo a punto, la placa fue sacada y lavada en agua destilada casi hirviente, saturada de sal marina o de hiposulfito de sosa (…) Todo estaba terminado, y se pudo admirar a la redonda esta imagen, obra debida únicamente al sol.

Nunca vi nada tan perfecto. Al ojo, cada objeto aparecía finamente grabado. Pero con una lupa se podía notar la diferencia de grano de cada piedra de la acera, incluso se podía haber conocido la materia, la índole de cada objeto”.

Crónica de la demostración de Daguerre publicada en el New York Star, publicada el 14 de octubre de 1839

BIOGRAFÍA DE DAGUERRE

Los últimos años

La divulgación a escala mundial no estuvo acompañada de una patente por parte del gobierno que protegiera el invento, que se trató como más un descubriento que debía ser difundido, lo que no reportó tantos beneficios económicos a Daguerre de los que podrían haber sido. Francia vivió una auténtica fiebre del daguerrotipo, sobre todo por su capacidad de hacer retratos, que ya era posible gracias a que el tiempo de exposición era inferior a los 10 segundos (cuando al principio era de decenas de minutos).

Esto provocó un fenómeno social sin precedentes y la aparición de una nueva profesión, los daguerrotipistas, que abrieron estudios en las grandes ciudades ante la demanda de público deseoso de inmortalizarse en los primeros estudios fotográficos.

En 1840 Daguerre compra una finca en Bry-sur-Marne, un pueblecito cercana a París y se instala en enero de 1841, desde donde propuso un par de modificaciones a su proceso en 1843 y 1844.

En 1843 afirmó haber obtenido la instantánea de un pájaro volando pero nunca mostró las pruebas del hecho ni han trascendido.

Volvió a las pinturas y al trampantojo e hizo un gran cuadro para el altar de la iglesia de su localidad (Bry-sur-Marne), tras lo cual vivió una vida de retiro hasta su muerte, el 10 de julio de 1851.

De toda su obra, sólo una veintena de imágenes se conservan hoy día, dado la delicadeza física del soporte.

Diorama de la iglesa de Bry-sur-Marne de Daguerre

Detalle del diorama de Bry-sur-Marne