Composición en Fotografía
Iniciación en la composición fotográfica
La composición es la disposición de los elementos, principales y secundarios, en una fotografía.
El orden que establecemos de dichos elementos puede dar lugar a lo que se conoce como fotografías compensadas o descompensadas.
La composición, al igual que muchos conceptos fotográficos, es subjetiva en un alto porcentaje. Esto significa que no es absoluta y que habrá quien considere una composición como correcta mientras que otros igual no tanto.
Una parte también muy importante de la composición son los cortes, que son las zonas que recorren los bordes del encuadre y que determinan el límite de lo que entra en la imagen y lo que no.
En general, lo que se espera de una fotografía es que tenga una composición compensada, así como unos cortes coherentes.
Composición en Fotografía
¿Qué se considera por una composición compensada?
Dentro del encuadre de una imagen, existe una serie de elementos principales que lo son porque ofrecen un mayor peso visual.
Esto quiere decir que son elementos que llaman nuestra atención primero, bien por su luz, por su color, por su forma, su tamaño o por su contraste con el fondo.
Tanto si una imagen tiene un sólo peso visual como si tiene varios, la disposición de los mismos es lo que establecerá si la imagen está más o menos compensada.
Esta compensación suele buscar una repartición proporcionada por todo el encuadre, de forma que no haya una gran parte de la imagen con demasiado peso en comparación con otras.
La compensación no es un atributo absoluto. Se habla de una fotografía más o menos compensada pero nunca de una compensación o composición perfectas, ya que una imagen siempre podría estar más compensada.
Se utiliza mucho la metáfora de la bandeja del camarero para entender esto. Se trata de repartir los elementos en función de su peso (visual) para que la bandeja no se desmorone.
COMPENSACIÓN DE LOS PESOS VISUALES
Dale la vuelta ‘al cuadro’
Para percibir mejor la compensación o descompensación de los pesos visuales es bueno girar o incluso dar la vuelta a las fotografías.
Esto permite dejar de ver los elementos por lo que son y empezar a verlos por su forma, tamaño, color o contraste y así empezar a ver mejor cómo se comportan en el encuadre.
Se sabe que son muchos los pintores y fotógrafos que han utilizado este sencillo recurso para apreciar mejor la composición de sus obras.
Composición en Fotografía
¿Qué son los cortes fotográficos?
Una de las principales decisiones que tomamos cuando hacemos una fotografía son los cortes, que son las zonas que quedarán en los cuatro márgenes o lados de nuestra fotografía.
Los cortes pueden ser limpios, de forma que los elementos conserven sus contornos perfectamente dibujados o pueden ser cortes abruptos que dejen partes o zonas de los elementos fuera del encuadre.
ESTILO DESCRIPTIVO
En general, un estilo fotográfico descriptivo evitará hacer cortes abruptos en aras de mostrar una realidad de la forma más completa posible.
Se suele hablar de fotografía ventana o de un recorte abierto, cuando la imagen ofrece un ángulo de visión amplio, limpio y con una intención mayoritaria de registro fotográfico.
ESTILO SUGERENTE
Por contra, un estilo fotográfico sugerente, menos literal, hará cortes fuertes para sugerir una realidad sin mostrarla por completo, dejando fuera del encuadre elementos que podrían estar dentro perfectamente pero que por razones conceptuales no están.
Se habla de recorte intenso o de cortes abruptos cuando eliminamos una gran parte de los elementos para mostrarlos de forma parcial en aras de estimular al lector de la fotografía a imaginar, o rellenar con su imaginación, aquello que debería estar pero que falta.
Algo que siempre ocurre con los cortes, se maneje el estilo o la intención fotográfica que se maneje, es que siempre dejan fuera del encuadre lo que no debe estar.
Por tanto, habrá que tener cuidado de no dejar dentro del encuadre elementos superfluos que entorpezcan el mensaje y arruinen nuestra composición.
Composición en Fotografía
Menos en más: redúcelo a lo fundamental
Suele decirse que, en contraposición a la pintura -que comienza con un lienzo en blanco al que hay que ir añadiendo elementos-, en la fotografía se parte de un todo general del que se van desechando elementos hasta componer la fotografía final.
Al igual que un pintor no añadiría elementos superfluos en un cuadro, cuando fotografiamos debemos hacer todo lo posible para que no queden elementos irrelevantes dentro del encuadre.
La principal labor del recorte reside en aislar lo que es realmente importante para nuestra fotografía y eliminar lo superfluo.
Composición en Fotografía
Elimina todo elemento superfluo
Se parece a la máxima anterior pero contiene matices importantes.
En ocaciones, decir que «menos es más» puede llevar a la idea equivocada de que una fotografía debe ser sencilla siempre, cayendo en clichés minimalistas y en fotografías que, de tan mínimas que son, en ocasiones no cuentan nada.
Tras muchos años de experiencia he llegado a la conclusión de que una fotografía puede ser tremendamente compleja y estar abarrotada de elementos, sin dejar de estar reducida al mínimo.
Esto puede suceder cuando hemos eliminado todos los elementos que no son importantes para la idea principal de la imagen, dejando dentro del encuadre todos los demás que sí lo son.
Antes de disparar o de dar por terminada una fotografía, echa un vistazo a los bordes de la imagen, donde puede que haya algo que sobre -o que se haya colado- y no tenga sentido que esté ahí.
¿Cómo condiciona la proporción a la composición?
Los cánones de composición generalmente aceptados están basados en toda nuestra herencia griega clásica, una cultura fundamentada en la armonía, el estudio de las proporciones matemáticas y la consideración de las simetrías como canon absoluto de belleza.
Cuando hablamos de proporciones, vemos que en fotografía existen dos formatos imperantes: el formato cuadrado (proporción 1:1) y el formato rectangular (proporción 3:2 o 4:3).
En función de la proporción que trabajemos, creamos un marco cuyo continente condiciona por completo cómo disponemos los elementos en su interieor.
Vamos a explorar los dos formatos imperantes por separado, teniendo siempre en cuenta que no existen reglas ni leyes compositivas obligatorias, sino formas de mirar.
Aunque sería absurdo ignorar que, culturalmente, existen fórmulas más o menos extendidas y que aportan un mayor o menor dinamismo o rigidez.
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Formato cuadrado
El formato cuadrado se ha utilizando desde principios del siglo XX en cámaras de negativo de formato medio, pasó a un segundo plano durante varias décadas hasta que hace unos años se ha vuelto a popularizar gracias a Instagram.
El formato cuadrado es en general más rígido por ser un espacio formado por cuatro lados iguales, aunque por contra no exige tomar decisiones sobre si la imagen será vertical y horizontal.
Podemos hacer uso de simetrías verticales u horizontales indistintamente.
Si buscamos transmitir rigidez y calma, podemos colocar elementos visuales en el centro de la imagen:
Si se tratra de un retrato, lo mejor será colocar al sujeto totalmente centrado para crear una sensación atemporal, inmóvil.
Si se trata de un paisaje, podemos colocar el horizonte en el centro de forma que cielo y suelo mantengan la misma proporción.
Si lo que queremos es transmitir dinamismo o movimiento con el formato cuadrado, podemos hacer uso las diagonales o la asimetría, aunque reconozco que en este formato es más complejo, por lo que recomiendo utilizar la proporción 1:1 primero para composiciones más armónicas y explorar poco a poco el dinamismo a partir de ahí.
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Formato rectangular
El formato rectangular es dinámico por definición.
Para empezar, nos obliga a elegir entre proporción horizontal o vertical, lo que potencia una líneas u otras.
Si las líneas principales de nuestra fotografía son verticales, lo lógico será elegir la proporción vertical para potenciarlas.
Si las líneas principales son horizontales, habrá que hacer lo propio en horizontal.
La proporción rectangular 3:2, que es la más extendida en fotografía analógica y digital, se asemeja mucho a la famosa propoción áurea de los griegos clásicos, lo que se ha simplificado en la aún más famosa regla de los tercios.
Crear tensiones y equilibrarlas
Toda obra artística tiende a plantear tensiones que desafían el ingenio del artista para que éste las equilibre.
La composición artística busca establecer diálogos y confrontaciones entre los distintos elementos que componen una obra y en el caso de la Fotografía no es distinto.
Gracias a los volúmenes, la luz, los colores y o el movimiento podemos crear tensiones entre los distintos elementos que aparecen en el encuadre de nuestra fotografía. Con todo, una imagen no estará terminada mientras esos elementos no se equilibren estre sí.
Composición en Fotografía
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Elementos que aportan rigidez
A la hora de hacer una fotografía podemos buscar una relación de elementos más o menos rígidos, que hablen de un momento amplio o de un momento más alargado en el tiempo. Las líneas, por su parte, en funcion del encuadre y la perspectiva, tienen mucho que decir al respecto:
Líneas rectas
Las líneas rectas son más rígidas y estáticas. Transmiten fuerza y solidez.
Líneas paralelas
Las horizontales y verticales también, si son paralelas a los planos del encuadre.
Simetrías
Las simetrías crean un diágolo equilibrado y más estático, con menor confrontación.
Movimiento y tiempo detenidos
El movimiento de una imagen hace referencia al tiempo que ha transcurrido.
Encuadre frontal
Un punto de vista frontal aportará más líneas paralelas al encuadre y menos profundidad o tridimensionalidad.
Cámara nivelada
La cámara nivelada aportará una mayor sensación de estabilidad a la imagen, así como más líneas paralelas.
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Elementos que aportan dinamismo
En contraposición a lo anterior, podemos buscar una relación de elementos más o menos dinámicos, que hablen de un momento muy puntual y anecdótico. Las líneas y el tiempo ya no aportarán estabilidad, sino todo lo contrario:
Líneas orgánicas
Las líneas naturales e irregulares aportan dinamismo y sugieren vida
Líneas diagonales
Las diagonales, frente a las verticales y horizontales, refuerzan el dinamismo
Movimiento congelado
El movimiento congelado evoca al momento posterior y anterior, lo que denota acción
Encuadres perpendiculares
Aportan profundidad y tridimensionalidad, lo que sugiere un espacio visual real
Cámara desnivelada
Una cámara torcida puede acentuar la sensación de desequilibrio y fluidez
Desmaterialización
El movimiento reflejado (no congelado) evidencia más la acción y el paso del tiempo