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Galen Rowell

por Gustavo Bravo

Amante de la naturaleza, escalador, alpinista y aventurero, Galen Rowell fue un genio de la fotografía de montaña, autor de grandiosas fotografías echas con un sencillo cuerpo manual, una lente de 24 mm y un zoom de teleobjetivo en el rango de 80-200 mm con los que se encaramaba a las paredes más altas del mundo y desde donde fotografiaba paisajes etéreos en momentos decisivos de luz.

«El noventa por ciento de mi mejor trabajo de la vida podría haber sido hecho con un cuerpo manual, una lente de 24 mm y un zoom de teleobjetivo en el rango de 80-200 mm».

Viajaba con un equipo ligero debido a la dificultad de sus ascensos en la cima de los cuales tomaba fotos que pocos fotógrafos han tomado nunca, porque no documentaba. Fotografiaba lo que sentía ante el paisaje que tenía ante sí y transmitía lo especial que fue la aventura de tomarla.

Conectaba como nadie con la naturaleza y lo transmitía en sus fotos. Buscaba el arte en la aventura y la aventura en el arte, como si de una conexión mágica se tratara.

Pionero de la fotografía alpina, conocía a fondo su equipo y la película que utilizaba por lo que se adelantaba a la foto que iba a hacer.

Su punto fuerte fueron las montañas iluminadas con luces imponentes ya fueran del amanecer, de mediodía o del atardecer.

Pero no busca hacer fotos de montañas sino fotos que transmitieran emociones.

Biografía

Nació en 1940 en Oakland (California), muy cerca del parque Nacional de Yosemite, que comenzó a visitar ya antes de saber andar junto a su padre, profesor universitario, y su madre, concertista de violonchelo.

A los diez años entró a formar parte del Club Sierra, al que perteneció durante toda su vida su predecesor, el poeta de la naturaleza Ansel Adams.

Y a los 16 ya era alpinista.

Estudió Física en la Universidad y trabajó como mecánico para financiarse sus escapadas a la montaña, llegando a crear una pequeña empresa automotriz que vendió para dedicarse de lleno a la fotografía, pasión que desarrolló en sus más de 100 rutas montañeras que hizo en su juventud.

Desde 1972 se dedicó a la fotografía profesionalmente. Apenas unos meses después de vender su empresa le encargaron un artículo de portada para la prestigiosa revista national Geograpic.

En 1981 conoció a la que meses después sería su mujer, Barbara Cushman. Era la directora de Relaciones Públicas de la firma de ropa y calzado de montaña The North Face. Barbara le había contratado para realizar un catálogo y se enamoraron al instante.

Al mes Barbara dejó su trabajo y se asoció con él. Ambos se fueron a Nepal. Fue el primero de decenas de viajes con ella por los cinco continentes.

Su residencia la escogió en su California Natal, entre los parques de Yosemite y Death Valley. Su lugar favorito del mundo y el que más amaba fotografiar.

En 1984 recibió el Premio Ansel Adams por sus contribuciones al arte de la fotografía en la naturaleza.

Amanecer en la Aiguille du Chardonnet, Macizo del Mont Blanc, Alpes franceses
Galen Rowell / Mountain Light

En 1992 recibió una subvención de artistas y escritores de la Fundación Nacional de Ciencias para fotografiar la Antártida.

En los últimos veinte años de su vida, Galen realizó más de treinta y cinco viajes a las montañas de Nepal, India, Pakistán, China, Tíbet, África, Alaska, Canadá, Siberia, Nueva Zelanda, Noruega y Patagonia. Además de participar en las principales expediciones al Monte Everest, K2 y Gasherbrum II (no a la cumbre), realizó las primeras ascensiones de un día del Monte McKinley en Alaska y el Kilimanjaro en África, así como las primeras ascensiones de picos del Himalaya como Cholatse y La Gran Torre del Trango.

Villa Natale en el primer ascenso del Muro de Iqbal (5.10d) debajo de K7, Karakoram Himalaya, Pakistán Galen Rowell / Mountain Light

También realizó el ascenso y descenso más alto de una montaña con esquís en Mustagh Ata (24,757 pies), así como un recorrido invernal de 285 millas del Karakoram Himalaya.

En 2001 hizo una declaración de artista:

“Mi interés en la fotografía no comenzó con un deseo ardiente de ver el mundo a través de una cámara. Evolucionó a través de una intensa devoción por el desierto que eventualmente dio forma a todas las partes de mi vida y las unió. Comencé a expresar esta devoción de forma física a través de la escalada y el senderismo, y en palabras a través de conferencias y artículos. La fotografía era un medio de expresión visual para comunicar lo que había visto a las personas que no estaban allí. Al principio me molestó que el 99% de mis imágenes no se vieran tan bien como las que había visto. El otro uno por ciento, sin embargo, contenía algún elemento, un rayo de luz, una textura, un reflejo, que se veía más poderoso en la película que en mi ojo. Sin esto, nunca me hubiera atraído la fotografía como una carrera. Me fasciné al tratar de combinar consistentemente la visión fotográfica y una visualización en el ojo de mi mente para crear imágenes que excedían la percepción normal ante mis ojos. Aunque planeo continuar viajando y fotografiando lugares exóticos indefinidamente, tengo una confesión que hacer. Todo el tiempo he sabido que más de lo que busco en la naturaleza está aquí, en mi estado natal de California, que en cualquier otro lugar del mundo».

Desgraciadamente, no viajaría mucho más.

Galen Rowell falleció el 11 de agosto de 2002 en un accidente de avión privado en el que también perdió la vida su mujer y socia Barbara Cushman Rowell y los otros dos ocupantes de la nave.

Ocurrió a las afueras de Bishop, California, donde vivían. Regresaban a casa tras realizar una circunnavegación del mar de Bering.

A Galen le sobrevivieron dos hijos de un matrimonio anterior, Nicole Ryan y «Tony» Edward Anthony Rowell, y dos nietos, Forrest Avery Ryan y Colby Dustin Ryan. A Barbara le sobrevivieron su madre Lucile Cushman, su hermano Robert Cushman y sus sobrinas Mariah y Grace Cushman.

Nos dejó sus fotos, un total de 18 libros y sus aventuras, que se pueden leer en los mismos, pues su otra gran afición era la escritura.

En su libro ‘Luces de montaña’ habló sobre el potencial de los filtros degradados neutros, de sus experiencias fotográficas y de las aventuras que vivió en la montaña. sino también por sus aventuras en la montaña.

En su libro ‘Fotografía de naturaleza. Una mirada interior’ desarrolló 66 ensayos, resumen de 30 años de trabajo. Su filosofía de fotógrafo montañero y su vivir la vida caminando sobre la naturaleza con su cámara a cuestas es un legado que miles de fotógrafos de paisaje agradecen hoy día.

En su libro ‘A retrospective‘ recoge algunas de sus mejores fotos.

En su libro ‘North America, the beautiful’ recoge sus mejores fotografías de su país querido, que le gustaba más que Tíbet, Nepal, Pakistán, China, Sudamérica, la Antártida o Alaska.

Vista aérea de San Francisco y el puente Golden Gate desde el condado de Marin, California
Galen Rowell / Mountain Light

«Todo el tiempo he sabido que más de lo que busco en la naturaleza está aquí, en mi estado natal de California, que en cualquier otro lugar del mundo. No podría decirlo con autoridad hasta que tuve todos esos viajes a Tíbet, Nepal, Pakistán, China, Sudamérica, la Antártida y Alaska detrás de mí».

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