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Ricard Terré

por Gustavo Bravo

Vida – Obra – Biografía

GRANDES FOTÓGRAFOS Y FOTÓGRAFAS

Ricard Terré

Ricard Terré (1928-2009) fue un fotógrafo que se centró en retratar las celebraciones religiosas y paganas de la España de los años 50 y 60, que tenía una mirada diferente y universal.

Fue uno de los padres de la fotografía moderna en España, miembro del Grupo Afal y un gran pensador sobre el arte fotográfico. Fue un moderno en su presente.

Última actualización: septiembre 2020

 

PRIMEROS AÑOS

Biografía de Ricard Terré

Ricard Terré nació el 5 de julio de 1928 en el seno de una familia acomodada.

Su padre, Arthur Terré era el director de una importante fábrica textil de Sant Boi de Llobregat llamada Can Massallera.

Pasaba muchas horas con su padre y aprendió mecánica.
Con 14 años se fabricó su propia cámara fotográfica y a los 16 se fabricó una ampliadora.

Cuando iba de excursión con sus amigos hacía muchas fotos. También pintaba paisajes, pero buscaba comunicar a través del dibujo. Tenía un gran interés artístico. Le encantaba hacer caricaturas para expresar ideas a través de la gráfica.

«Para mí la fotografía en blanco y negro es como la caricatura. Simplificar todos los elementos para transmitir.

Y también le gustaba el jazz.

Quería estudiar Bellas Artes, pero su padre no se lo permitió. Quería que se formara para trabajar. Estudió Intendencia Mercantil (Economía) y compaginó su formación con las milicias universitarias, que permitía a los estudiantes realizar el servicio militar por fases y que él realizó en Galicia, donde conoció a Laura Alonso y se casó en Vigo.

Tras casarse, se mudaron a Barcelona, donde dirigió una empresa y siguió disfrutando de sus pasiones: el jazz y la foto, a través del ‘Hot Club’ y la ‘Asociación Fotográfica de Cataluña’, pensando que le ayudaría en su formación pero lo que se hacía allí no era interesante. Sólo conectó con dos fotógrafos con quienes compartía visión: Miserachs y Masats.

Los tres realizaron una exposición muy diferente a lo que se veía en aquellas muestras y fue definiendo su estilo.

«Creé mi esquema bajo el concepto que fabriqué de que la fotografía es distinta al resto de artes (pintura, dibujo, escultura…). La fotografía tenía su forma de expresarse idónea y a partir de ahí tenía que encontrar sus valores artísticos. Un objetivo que capta la realidad en un momento determinado. Y dentro de esta realidad podemos encontrar toda la subjetividad que queramos de lo fotografiado, siempre que el fotógrafo al momento de fotografiar sepa encontrar este punto subjetivo. Y es ahí donde está el valor artístico de la fotografía».

Su crónica es personal. No construye fotografías. Él se proyecta en las fotografías «La fotografía no se construye, se encuentra», decía.

Siempre hizo aquello que quiso, sin tener que adaptarse a las normas. Fue libre y creó un estilo propio que ha trascendido a su época.

Descubrió la revista AFAL de Jose Maria Artero y Pérez Siquier y se implicó aportando fotos y textos. 


El punto de inflexión las fotos que hizo en la Plaza de Santa Ana durante la Semana Santa de Barcelona, donde pudo fotografiar el momento no teatralizado de la Semana Santa: lo que pasaba mientras los pasos esperaban a procesionar. Fotografiaba la religiosidad, pero también la infancia. Y la vejez. Como sus coetáneos.

BIOGRAFÍA DE RICARD TERRÉ

Etapa en Galicia: años de instrospección fotográfica

En 1959 se muda a Galicia, donde empezó a sentirse muy solo al no encontrar allí fotógrafos con inquietudes similares con los que conversar. Así pasó a ser el corresponsal de AFAL en Galicia.

En Vigo creó la empresa Spica, relacionada con imagen y sonido. Se puso en contacto con arquitectos y creaba para ellos murales fotográficos. Hasta 180. Pero aquellos encargos a pesar de ser sofisticados no le llenaban.

Una de sus hijas, la doctora en Bellas Artes Laura Terré, le denomina como «hiperactivo».

Se sacó el título de piloto de avioneta, corría en el Rally de las Rías Bajas y formaba parte de su organización, fue director de la Cruz Roja de Vigo, creó el seminario de jazz ‘Jazz Controversia’…

Tenía 7 hijos y no podía dedicarse solo a la fotografía como otros compañeros de AFAL. Y justo por eso, por ser amateur, pudo mantener un lenguaje.
Realizaba fotografía universal, aplicable a cualquier hombre. «Si era una fotografía de un caso concreto, no me interesaba».

«El hombre se expresa mucho más directamente en momentos de tensión interior, en los que las preocupaciones y las emociones hablan a través de la piel».

En Galicia y Portugal fotografió a las viudas del mar: delicadeza, feminidad, delicadeza… Mezclaba el territorio con la naturaleza humana.

«Todos los modelos todos los momentos son buenos, todo depende de si está la foto en ellos o no».

Quería condensar su trabajo en 100 fotografías. Su obra es limitada. Construyó una rima con elementos muy calculados y concretos. Era un trance, había un duende. Se producía en el ambiente y era entonces cuando se producían las fotos.

«Sólo pretendo mostrar lo que hay de trascendente en el ser humano. No pretendo reflejar hechos ni formas individuales de sentir».

De finales de los 60 a principios de los 80 dejó de encontrar ese duende.

Fotografiaba, pero sólo en reuniones familiares y a amigos. Recibía algún encargo suelto, pero no era lo que le apasionaba.

 

«La técnica es fundamental para olvidarla después de haberla aprendido. Sin técnica no se puede ir a ninguna parte en nada. Pero basar una foto en la técnica es perder el tiempo. La técnica no justifica una foto pero su falta puede ayudar a enfatizar la intención del fotógrafo»

Ricard Terré

Ricard Terré (de pié, izda) con el Grupo AFAL – 1992

BIOGRAFÍA DE RICARD TERRÉ

Regreso a Cataluña: el renacimiento de Terré

En 1982 Joan Fontcuberta organizó la I Primavera fotográfica de Cataluña, que mostraba a los fotógrafos de los 50 y 60. Entonces se dio cuenta de que seguía teniendo inquietudes y retomó la fotografía: empezó a fotografiar el Carnaval, reactualizó la fotografía de infancia… Fue una gran motivación.

‘Los niños de San Francisco’ fue uno de sus trabajos más destacados en esa época. Los retrató jugando, disfrazados, ensimismados, tristes, alegres… y recuperó la ilusión que tenía cuando fotografió a la niña bizca que le catapultó a la fama. Los volvió singulares y a la vez iguales a cualquier niño.

Ya mayor, realizó series más contemplativas de objetos, del paso del tiempo, la muerte poética de los objetos… Hay tristeza del abandono, de sentir las manos de los humanos que en día habían utilizado aquellos objetos…
Hay 20 o 30 años entre unas fotos y otras y aún así están conectados.

A pesar de que fotografiaba la Semana Santa, el Carnaval y por tanto la vida y la muerte, Terré le daba un aire irónico. Le gustaba el juego de engañar al espectador. Le gustaba lo que se podría entender, más de lo que se estaba viendo.

«Es la sensibilidad y el nivel cultural de cada espectador los que terminan y redondean las fotografías»

Ya había vivido el éxito. No esperaba halagos vacuos, premios ni medallas. Le parecía un mundo falso. Terré buscaba la emoción en la mirada de otros.

Murió por problemas cardiacos en Vigo el 29 de octubre de 2009 a los 81 años de edad.

«La composición es importante en la fotografía, pero no se puede basar sólo en ella. Mis fotos tienen una composición intuitiva. Yo cuando veo por el visor, sitúo el punto fuerte en la zona en la que más fuerza adquiere pero no lo pienso en el momento de fotografiar. Yo encuadro la foto y la disparo en el momento que tiene más fuerza y ahí es donde ya nace una composición»

Ricard Terré

La historia tras la foto del ‘Ángel caído’

Ricard Terré posa junto a la fotografía de Isabel Clemente

Ricard Terré es conocido por la foto de la niña angelical en la que se fijó el día del Corpus de 1958 en Sant Boi de Llobregat por ser bizca y cuya vida cambió para siempre… 
Isabel Clemente es una niña vestida de comunión que porta unas flores con papel de aluminio en los tallos y está esperando a que comience la procesión junto a otras niñas pero sólo se le ve a ella la cara. El resto están de espaldas.
Al año siguiente expuso la foto en tamaño de un metro por un metro con veinticinco centímetros en la exposición que realizó en la sala Aixelà de La Rambla de Barcelona (hoy Centro de La Imagen La Virreina, que justo abría al público ese día) junto con Miserachs y Masats, pese a que ambos le recomendaron que no lo hiciera. «La gente te va a destrozar», le advirtieron. Pero no les hizo caso. «La presento porque para mí no es una niña bizca, sino un ángel que está haciendo la primera comunión».
«El día de la inauguración se me acercó un individuo al que yo no conocía. ‘Soy el Doctor Pascual’, me dijo. ‘Me encanta esta fotografía, para mí es un ángel. Tengo una ahijada con Síndrome de Downn que dentro de una semana hará la primera comunión y me gustaría que usted fuera el fotógrafo’. Pues eso esta hecho, le dije yo. ‘¿Y qué me va a costar?’, me preguntó él. No se me ocurrió otra cosa que decirle «le va a costar la operación de la bizca». Él me dijo ‘¡pues nada mejor! porque soy muy amigo del doctor Vila Coro’, que era un cirujano oftalmólogo muy famoso que había en Barcelona. ‘Hablaré con él y él se hará cargo de la operación’. Pero no sabíamos dónde estaba la niña… Así que hice unas cuantas fotos en tamaño postal, las repartí en todos los colegios de Sant Boi de Llobregat y apareció la niña. Era hija de unos inmigrantes extremeños. Conocí a los padres. Les presenté al Doctor Pascual. Hice las fotos de la ahijada y me fui a Galicia. A los 5 ó 6 meses volví a Barcelona y, estando en casa de mis padres, se presentaron los padres con la niña vestida de primera comunión con los ojos ya correctos y un pollo en la mano. Había una foto extraordinaria, pero por pudor no la hice».
No hizo aquella foto de la niña con el pollo y sus padres a uno y otro lado que es como estaban en la puerta de la casa de sus padres pero sí le hizo una «tipo fotomatón» de su carita para recordar cómo había quedado.
Años después, Terré regresó a Sant Boi de Llobregat a realizar una exposición de sus mejores fotos, entre ellas la de la niña, y pensó que quizá podría aparecer. Pero no lo hizo y nunca volvió a saber de ella.

2018 EN MADRID

Exposición de Ricard Terré en el Canal de Isabel II 

Su hija Laura Terré comisarió una exposición en la sala Canal de Isabel II en 2018, compuesta por 110 fotografías y se dividió en dos apartados: de 1955 a 1969 y de 1982 a 2005, cuando ya jubilado retomó su actividad fotográfica.

Como no podía ser de otro modo se expuso su famosa foto de la niña bizca, y se mostraron sus fotografías de niños y adultos en procesiones de Semana Santa y desfiles carnavalescos y las series realizadas en Galicia y Portugal durante su segunda etapa, donde inmortalizó romerías ancestrales, fiestas paganas y procesiones, experimentando una vez más con el blanco y negro en la expresión del alma humana.

Entrevista a Ricard Terré

‘La fotografía que sale al paso’

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Exposición en Santiago de Compostela, por Laura Terré

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Documental ‘Detrás del instante’: Ricard Terré 

Ricard Terré protagonizó el décimo episodio de la serie ‘Detrás del instante’ de La2 de TVE, creada en 2019 para presentar la vida y obra de 13 fotógrafos españoles.

Su programa se emitió el 11 de marzo de 2020 con gran éxito de audiencia: 125.000 espectadores.

El programa recogía su biografía, cortes de las entrevistas que concedió en sus últimos años y el grueso lo formaban declaraciones realizadas a este serial de su hija Laura Terré, doctora en Bellas Artes, comisaria y conservadora de su obra y autora de la tesis sobre el grupo AFAL al que perteneció Terré de 1958 a 1960, año en que dejó la fotografía para retomarla tiempo después.

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LIBRO ANTOLÓGICO

‘Obras Maestras’ 
Ricard Terré

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