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Joel Meyerowitz

por Gustavo Bravo

Vida – Obra – Biografía

GRANDES FOTÓGRAFOS Y FOTÓGRAFAS

Joel Meyerowitz

Joel Meyerowitz (1938-) es uno de los fotógrafos contemporáneos más influyentes dado su temprano interés por la fotografía en color y su capacidad de adaptarse a diferentes lenguajes y formatos fotográficos.

Conocido principalmente por su fotografía de calle en color en la ciudad de Nueva York desde los años 60, Meyerowitz es además un excelente divulgador y docente.

Destacan también sus trabajos en gran formato de los años 70 materializados en su libro ‘Cape Light’, considerado una obra pionera del uso del color (junto con otros como Stephen Shore o William Egglestone).

Además de sus trabajos personales, realiza labores de documentación y archivo para Nueva York, entre los que destacan su trabajo sobre la zona cero de los atentados del 11 de septiembre (‘Afermanth’) y su trabajo sobre los parques y espacios naturales (‘Legacy’).

Última actualización: marzo 2022

“Casi todo es fotografiable. Lo único que has de tener es interés y ganas”

– Joel Meyerowitz

PRIMEROS AÑOS

Biografía de Joel Meyerowitz

Joel Meyerowitz nació el 6 de marzo de 1938 en el barrio del Bronx de Nueva York, en el seno de una familia de inmigrantes judíos de clase trabajadora de Hungría y Rusia.

«Mis sensibilidades y simpatías y mi postura cultural y moral fueron informadas a través de una especie de pasaporte judío: una forma de mirar el mundo y ver las características, cualidades, sentimientos y emociones tocadas por una simpatía judía», diría años después.

Su infancia fue «caótica pero cálida», recuerda. Como el resto de niños del barrio, Joel Meyerowitz jugaba a indios y vaqueros junto al río Bronx, jugaba a béisbol, construía maquetas de aviones… Pero, a diferencia del resto, él disfrutaba fijándose en el comportamiento humano, deambulando y observando cual flaneur (paseante, callejero). Heredó aquella observación silenciosa de su padre, que era un gran imitador de Charlie Chaplin:

«De niño me parecía que su instinto para señalar cosas para observar, la comedia de las calles, era impecable (…) Mi padre me decía ¡Mira, mira lo que sucede aquí!»

Joel Meyerowich considera que fue en la infancia cuando desarrolló un ojo agudo para buscar el absurdo en los detalles de la vida callejera americana cotidiana.

Su primer sueño profesional fue ser pintor. Se mudó a Ohio, a 900 kilómetros de Nueva York, y allí estudió Arte, Historia del Arte e Ilustración Médica. Se licenció en la Universidad de Ohio en 1959, a los 21 años de edad, regresó a Nueva York y encontró trabajo como director de arte en una pequeña agencia de publicidad.

«Robert Frank es la razón por la que hago fotografías»

– Joel Meyerowitz

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Ver fotografiar a Robert Frank, una epifanía para Meyerowitz

En 1962, con 24 años, Joel Meyerowitz trabajaba en el diseño de un folleto que debía ir ilustrado con fotografiadas creadas a tal efecto por el fotógrafo Robert Frank, que cuatro años antes había publicado ‘The Americans‘.

Verle trabajar para aquel encargo del folleto que él debía editar cambiaría el rumbo de su vida: vio fotografiar a este maestro de la fotografía y quedó cautivado por los movimientos de ballet de Robert Frank que, sin esfuerzo alguno, se movía ante sus modelos. Congelaba la vida en un instante. Los clicks del obturador de Robert Frank le daban escalofríos… De vuelta de aquel trabajo con Robert Frank a su oficina tuvo una revelación: podría leer la calle como nunca antes lo había hecho, debía dejar su trabajo y ser fotógrafo. Llegó a la oficina y le dijo a su jefe Harry Gordon que renunciaba a su trabajo como director artístico con efecto inmediato. Su jefe le respondió: «¿Tienes una cámara? Bueno, idiota, ¿cómo vas a hacer fotografías?». Y le entregó una cámara Pentax mientras le decía «usa la mía hasta que puedas pagar una». Así fue como Joel Meyerowich empezó a hacer fotos.

“El misterio permanece siempre enfrente de nosotros mismos, pero no sabemos cómo verlo, y por eso es un misterio. Cuando llevo una cámara tengo licencia para ver y describir lo inefable, lo efímero, lo evanescente, las cosas que están en el origen de la consciencia que normalmente pasan desapercibidas. Es difícil hablar de cosas que no son visibles, pero ¿no es cierto que el arte siempre viene del reconocimiento instantáneo de algo poderoso que permanece oculto?»

Unos meses después, Meyerowitz recibió un ejemplar de ‘Los Americanos’, que confirmó su compromiso con la fotografía.

“La luz puede ser un desencadenante, un punto de partida, algo para avivar la mirada y poner en marcha la mente. Buscar y contemplar la luz es un buen inicio y, si lo haces, acabarás encontrando algo inesperado que se te revelará por haber seguido esa sencilla señal”

– Joel Meyerowitz

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Primeros bailes por Nueva York con una cámara de 35mm 

Joel Meyerowitz dedicaba su tiempo libre a hacer fotos en color con su 35mm acompañado de su amigo el británico Tony Ray-Jones, que era el subdirector creativo de la revista Sky. Tony era diseñador gráfico pero amaba la fotografía como él. Tony había sido alumno del Design Lab dirigido por Alexey Brodovitch en el estudio de Richard Avedon y fue allí donde le ficharon para trabajar en la revista Sky.

Juntos iban a fotografiar allí donde había una gran aglomeración. No les interesaba tanto el evento en sí como la gente que acudía al lugar. Y para un tímido Joel Meyerowitz era la coartada ideal. Nadie reparaba en la presencia de un fotógrafo en un lugar en el que había un acontecimiento fotográfico. Meyerowitz era invisible y le encantaba serlo. También era amigo de Garry Winogrand. Y cuando no fotografiaba con ellos, lo hacía solo. Lo haría durante cinco años a diario en la Quinta Avenida, que consideraba su bulevar.


«Ninguna calle en el mundo tiene para mí el tipo de colisiones sexys e improvisadas entre la elegancia y la sencillez. Puedes ver mensajeros en bicicleta y modelos, multimillonarios y estafadores, y todo está ahí afuera todos los días»

Joel Meyerowitz en 1968

Henri Cartier-Bresson pasando inadvertido con su Leica

Tony Ray-Jones posa divertido para la cámara

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Cartier-Bresson, otro gran referente para Meyerowitz

El 17 de marzo de 1963, apenas una semana después de haber cumplido los 25 años, Joel Meyerowitz se encontraba con su amigo Tony Ray-Jones fotografiando el ambiente generado en torno al desfile de San Patricio en la Quinta Avenida de Nueva York cuando éste le avisó de que acaba de ver al famosísimo fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, que 11 años antes había publicado ‘El instante decisivo’, el segundo libro de la biblioteca de Meyerowitz que, junto a ‘Los Americanos’, era su otra «poderosa guía».

“’El instante decisivo’ me enseñó a ser invisible y a no dudar nunca ante algo que ocurre delante de mí. Aprendí a adentrarme en el asunto en vez de quedarme atrás, observando desde la distancia. Cartier-Bresson siempre consiguió acercarse a cualquier cosa que tuviera lugar y pasar a formar parte de la totalidad de la experiencia”

Tony y yo éramos unos veinteañeros de pinta desaliñada y pelo largo. Merodeábamos entre la gente cuando de repente llamó nuestra atención la elegante presencia de un fotógrafo. Vestía gabardina y se cubría la cabeza con un fedora. Disparaba la cámara y se movía como un bailarín”

’¡Debe de ser Cartier-Bresson!’’, me dijo Tony, mientras impedido por su timidez me empujaba a ir hablar con el francés. Así, me acerqué al desconocido, con mi barba y mi parca de nieve de la II Guerra Mundial, con el cuello forrado de piel. ‘Disculpe, ¿es usted el señor Cartier-Bresson?`, le abordé en inglés, mientras Tony se escabullía. ‘¿Es usted un policía?’, respondió Cartier-Bresson”. Me identifiqué como un fotógrafo que aprendía el oficio junto a un amigo. “Cuando termine el desfile nos vemos por aquí y os invito a un café”, contestó complaciente. ¡Cartier-Bresson, uno de los dioses de la fotografía iba a invitar a dos jóvenes desconocidos a un café! ¡Imagina la locura que nos entró! Continuamos fotografiando, agarrando la cámara de la forma que le habíamos visto hacerlo a él: con la correa enrollada al brazo, siempre sujeta. Nos mantuvimos en la zona con el propósito de facilitar el reencuentro. Y ocurrió. En un café alemán cercano, en la Calle 86 Este, cerca de la Avenida Lexington, nos invitó a tarta y a café. Nos habló de un joven fotógrafo que había descubierto unos años atrás en París. Se trataba de Bruce Davidson, quien ya formaba parte de la agencia Magnum. Durante los cerca de 45 minutos que duró el encuentro se mantuvo bromista, relajado y generoso’”.

En esta época Joel Meyerowitz y Tony Ray-Jones apenas sabían de fotografía pero su pasión era desbordante.

“Ninguno de los dos sabíamos de fotografía. Aprendíamos juntos. Disparábamos fundamentalmente desde el corazón, de ahí que cada disparo requiriese otro tipo de atención (…) Acudíamos a los desfiles. Se convirtieron en un tipo de laboratorio en el cual aprendíamos cómo actuar en la calle, a aproximarnos a la gente sin delatarnos (…) Íbamos a mi apartamento y proyectábamos las diapositivas en la pared a un tamaño de unos 50 cm para observarlas completamente inmersos en ellas a una distancia de 60 cm. Así, fuimos desarrollando una cierta actitud ante el medio, evolucionando técnicamente como autodidactas. Criticábamos mutuamente nuestro trabajo con honestidad y sin prejuicios”.

“Este juego visual se puede jugar en cualquier parte y, en este sentido, la fotografía es muy generosa. En el fondo trata de descubrimiento y sorpresa, y del fugaz instante en el que algo se te revela. Cuanto más te abres, más ves”

– Joel Meyerowitz

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Primer gran viaje por Europa

Este año 1963 se casó con la pintora Vivian Bower y ambos empezaron a viajar juntos los años siguientes por viajó por América -realizando frecuentes visitas a Cape Cod y Florida- y por Europa. Joel Meyerowich se propuso hacer un viaje de 18 meses por Europa para hacer ‘Los Americanos’ de Robert Frank pero en Europa.

En 1966, a los 28 años de edad, cruzó el charco y en París volvió a ver a Cartier-Bresson -a quien había conocido tres años antes en el desfile de San Patricio de 1963 en Nueva York-. Entre ellos surgió una gran amistad. El editor de ‘Los Americanos’ de Robert Frank, Robert Delpire, medió aquella cita, convocada en su oficina.

“Yo quería mostrarles una serie de fotografías de mi gran amigo Garry Winogrand. Eran unas imágenes maravillosas, pero Cartier-Bresson no respondió a ellas. Delpire acabaría publicándolas en colaboración con el MoMA en el famoso monográfico The Animals. Sin embargo, esta presentación me permitió estrechar mis lazos con Cartier-Bresson y nuestras citas continuaron de forma espaciada entre Nueva York y París a lo largo de los años».

Este año 1966 de viaje europeo nació su hijo Sasha Dorje Meyerowitz el primero de sus dos hijos, que pasaría su juventud haciendo fotos y que es fotógrafo desde 2006. Su hija Ariel Meyerowitz es asesora de arte y propietaria de una galería fotográfica en Nueva York.

En noviembre de este año 1966 Joel Meyerovich llegó a España, en plena dictadura. No sabía de la vida de los españoles pero sí seguía a los artistas que dominaban la escena mundial: Buñuel y Dalí.

Pasó medio año en Málaga conviviendo con gitanos y flamencos: “En España aprendí de alguna manera a ser un hombre. Había algo acerca de la masculinidad (nada que ver con la actitud de macho), acerca de una manera de estar en la vida, que me permitió convertirme en fotógrafo. Comencé a entender lo que era estar solo mirando al mundo. Fui libre por primera vez en mi vida. España caló muy dentro de mí”.

Durante estos años de la segunda mitad de los años 60 Joel Meyerowitz se fue apartando de captar el momento decisivo fugaz en el que el sujeto era lo que importaba y el fondo se presentaba menos importante y se fue volviendo más y más introspectivo y realizando sus fotografías en términos de profundidad de campo, planificando sus fotos, enfocando más nítidamente en profundidad, no disparando tan de cerca a los sujetos… En su búsqueda de un marco fotográfico más estudiado, Meyerowitz cambió de una cámara de 35mm a una cámara Deardorff de gran formato.

«¿Qué tan interesante es el medio fotográfico? ¿Y qué tan interesante puedo hacerlo para mí? Y, por cierto, ¿quién diablos soy?»

Málaga fotografiada por Joel Meyerowitz entre 1966 y 1967

Málaga fotografiada por Joel Meyerowitz entre 1966 y 1967

“Hay cierto magnetismo en el proceso de dejarse llevar por la sugestión del lugar, el espacio, el tiempo, la luz, lo sencillo, lo majestuoso, lo ordinario, lo sublime o por cualquier conexión que emerja de esta apertura de miras”

– Joel Meyerowitz

Familia, Provincetown

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Adiós definitivo al blanco y negro y nuevos formatos

Y 1972, a los 34 años de edad, dijo adiós de manera definitiva al blanco y negro, que hasta ahora combinaba con el color. Se comprometió con la fotografía en color, que el resto consideraba barata, vulgar y no seria, y dejó de hacer fotografía en blanco y negro. Hacía fotos de calle saturadas y fotografiaba paisajes luminosos. Todo en color.

«El mundo estaba en color. Era tan obvio para mí. No tenía idea de que la gente fuera esnob con respecto al color. Para mí, el blanco y negro parecía histórico».

En 1979, a la edad de 41 años, Joel Meyerowich publicó el libro ‘Cape Light‘ con las fotos que hizo con su cámara de gran formato Deardorff 8×10 desde 1976 en Cape Cod, una península con forma de gancho situada en Massachusetts, que es un destino popular de verano de los americanos. ‘Cape Light’  combina retratos, paisajes y fotos del mar, se considera una obra clásica del color. Allí pasaba Joel sus vacaciones y allí es donde utilizó esta cámara por primera vez.

Con su luz y sus paisajes vacíos, llanos, silenciosos o incluso congelados, la península costera de Massachusetts es exactamente lo contrario de la energía de Nueva York que retrataron sus fotografías anteriores. El libro se convirtió en un clásico instantáneo y en uno de los libros de fotografía más influyentes publicados en la última parte del siglo XX. ‘Cape Light’ muestra escenas comunes figuras diminutas en una playa, la barandilla de un porche contra un cielo oscurecido por la tormenta, una balsa azul contra una cabaña de verano… transformadas por la mágica luz del cabo y la visión sutil y luminosa de Joel.


A finales de los 80 Joel Meyerowich se divorció de la pintora Vivian Bower tras más de dos décadas de matrimonio y dos hijos en común, Sasha y Ariel con los que mantiene una excelente relación y en 1990, a los 52 años, se casó con la novelista inglesa Maggie Barrett. Empezó a viajar de nuevo por Europa, como hizo en los 60, ahora con más frecuencia y sobre todo por Italia.

Cine

‘Pop’: la película de Joel Meyerowitz

En 1998, a la edad de 60 años, realizó un viaje por carretera de tres semanas con su hijo Saha, que entonces tenía 32 años y con su padre, de 87 y enfermo de Alzheimer. De aquel viaje nació su primera película: ‘Pop’, que documentaba aquel viaje por carretera con el que buscaba explorar sus raíces familiares y embarcarse en una búsqueda para ver si en el camino las aventuras y experiencias que se disponían a vivir estimulaban la memoria de su padre.

“Cada vez que sientas que no sabes qué fotografiar o que te has quedado sin imaginación, te animo a que mires a tu alrededor y que dejes que la luz sea tu tema”

– Joel Meyerowitz

“La interpretación de una fotografía es elástica. Parte del poder y la magia de una fotografía es que hay muchas formas de interpretar una imagen. A menudo también se da un poco de ambigüedad. (…) Puede parecer algo concreto en la realidad, pero, cuando lo ves reproducido en una pantalla o impreso en tus manos, es posible que tenga otro significado”

– Joel Meyerowitz

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

El único fotógrafo que entró en la zona 0 del atentado del 11-S 

Tras el atentado de las Torres Gemelas fue el único fotógrafo que pudo entrar en la zona. Tenía 63 años. Publicó aquellas fotos en 2006 en su libro ‘Aftermath‘, reeditado en 2011

Como consecuencia de la destrucción del World Trade Center en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, todo el lugar fue declarado ‘escena del crimen’, por lo que no se permitía fotografiar. 

Joel Meyerowitz declaró: ‘Sin fotografías no habrá historia’, y tras una gran negociación, se convirtió en el único fotógrafo al que se le concedió sin restricciones de acceso a ‘La Zona Cero’, como se llamó al lugar.

Durante nueve meses, Meyerowitz documentó la dramática búsqueda cuerpos, y luego la demolición y la limpieza, hasta que el sitio estuvo nivelado.

Esta monografía a gran escala registra las dolorosas, peligrosas y arduas tareas del proceso de encontrar hasta el último cuerpo, examinando cada fragmento de escombros en busca de pruebas, para después desmontar y acarrear los escombros y hacer que el sitio sea seguro.

Meyerowitz documentó con todo detalle los espacios, las labores y a los trabajadores involucrados. Usó cámaras de 35mm para registrar la acción y de gran formato para captar las escenas más amplias y retratos formales.

“Si miras el conjunto, identificarás detalles que lo unen todo. Por tanto, cuando descubras un pequeño detalle que llame tu atención, piensa en si podrías usar un conjunto de pequeños elementos como ese para crear una composición mayor”

– Joel Meyerowitz

 

Joel Meyerowitz junto a sus hijos Ariel (i) Sasha (d)

BIOGRAFÍA DE JOEL MEYEROWITZ

Los bodegones, el último gran giro de Joel Meyerowitz

En 2014, a los 76 años, se mudó con su segunda mujer la novelista inglesa Maggie Barrett a La Toscana, donde vive en una casa de campo restaurada. Ha regresado a los fundamentos de la fotografía, recorre los mercados en busca de objetos interesantes y los fotografía como bodegones inspirados en los impresionistas europeos.

“La fotografía trata del instante de la revelación. Es una forma muy poderosa de reconocimiento e intento reconocer ese momento en el objeto. Ver si desde el interior del objeto existe algo que lo trae a la vida. No estoy diciendo que mis fotografías den respuestas, aún son sólo preguntas”, afirma con humildad.

En 2018, a los 80 años de edad, publicó el libro Where I Find Myself. A life time retrospective‘, su primera gran retrospectiva, organizada en orden cronológico inverso desde La Toscana -su residencia actual- hasta el Bronx -su lugar natal-.
Cubre todos los grandes proyectos de Meyerowitz: su trabajo inspirado en el artista Morandi, su trabajo en los árboles, su cobertura exclusiva de la Zona Cero, sus viajes siguiendo los pasos de Robert Frank por los EE. UU., sus experimentos comparando imágenes en color y en blanco y negro, y por supuesto su icónico trabajo de fotografía callejera. El texto del libro es suyo.
Este año 2018 se inauguró una importante exposición retrospectiva en Berlín y lanzó un curso de foto de calle online a través de un curso de 5 horas en que enseña 34 lecciones.

Actualmente (2022) tiene 84 años y vive y trabaja a caballo entre Nueva York e Italia. En una foto publicada el 7 de marzo de 2022 en su Instagram -un día después de su 84 cumpleaños- posa feliz en Venezia junto a sus dos hijos a los que no veía desde antes de la pandemia. Y escribe «mi mejor regalo de cumpleaños».

«Siempre creí en el trabajo que se desarrolla desde el instinto, no desde el cálculo y la preconcepción. Quizás
es una idea romántica, pero siento que es el proceso más fiel a las cualidades esenciales de la fotografía: el instantáneo reconocimiento de la revelación de un momento y su alineación con quién eres»

– Joel Meyerowitz